Salmo. De David. Yo te invoco, Se or, ven en seguida, presta o do a mi voz cuando te llamo:
Lucas 18:39 - Biblia Castilian 2003 Los que iban delante le reprend an para que callara; pero él gritaba todav a más fuerte: '¡Hijo de David, ten compasión de m !'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Cállate!», le gritaba la gente que estaba más adelante. Sin embargo, él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Biblia Católica (Latinoamericana) Los que iban delante le levantaron la voz para que se callara, pero él gritaba con más fuerza: '¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!' La Biblia Textual 3a Edicion Y los que iban° delante lo reprendían para que callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los que iban delante le reprendían para que callara; pero él gritaba todavía más fuerte: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los que iban delante, le reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! |
Salmo. De David. Yo te invoco, Se or, ven en seguida, presta o do a mi voz cuando te llamo:
Pero él les dice: '¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?'. Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.
Cuando Jesús se marchaba de all, le siguieron dos ciegos gritando: '¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!'.
¡Ay de vosotros, doctores de la ley, porque os habéis llevado la llave del saber! Vosotros no entrasteis, y a los que estaban para entrar se lo impedisteis'.
Luego les propuso una parábola sobre la necesidad que ten an de orar siempre y de no cansarse nunca.
Le presentaban también unos ni os para que los tocara; pero los disc pulos, al verlo, los reprend an.
Entonces el ciego se puso a gritar: '¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de m !'.
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran delante. Cuando el ciego se acercó, le preguntó Jesús:
Algunos de los fariseos que estaban entre la multitud, le dijeron: 'Maestro, reprende a tus disc pulos'.
Todav a estaba él hablando, cuando llega uno de casa del jefe de la sinagoga para avisar a éste: 'Ya ha muerto tu hija; no molestes más al maestro'.