Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.
Lucas 18:22 - Biblia Castilian 2003 Cuando Jesús lo oyó, le dijo: 'Todav a te queda una cosa: vende todo cuanto tienes y distribúyelo entre los pobres, que as tendrás un tesoro en el cielo; ven luego y s gueme'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús oyó su respuesta, le dijo: —Hay una cosa que todavía no has hecho. Vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Biblia Católica (Latinoamericana) Al oír esto, Jesús le dijo: 'Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Jesús, luego de oírlo, le dijo: Aún te falta una: Vende cuanto tienes y repártelo a los pobres, y tendrás un tesoro en los° cielos; y ven, sígueme. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando Jesús lo oyó, le dijo: 'Todavía te queda una cosa: vende todo cuanto tienes y distribúyelo entre los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo; ven luego y sígueme'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando Jesús oyó esto, le dijo: Aún te falta una cosa: Vende todo lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. |
Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.
Jesús le dijo: 'Si quieres ser perfecto, anda, vende todos tus bienes y dáselos a los pobres, que as tendrás un tesoro en los cielos; ven luego y s gueme'.
sin embargo, pocas son necesarias, o mejor, una sola. Mar a ha escogido la mejor parte, que no se le ha de quitar'.
Vended vuestros bienes para darlos en limosnas. Haceos bolsas que no se desgastan, un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que se acerque ni polilla que carcoma.
Ahora yo os digo: procuraos amigos mediante la riqueza injusta, para que, cuando ésta se acabe, os reciban en las moradas eternas.
Dec a luego a todos: 'El que quiera venir en pos de m, niéguese a s mismo, cargue cada d a con su cruz y s game.
Yo, hermanos, todav a no doy por descontado haberlo ya conseguido, sino que, olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, sólo busco una cosa,
Una cosa no debe quedaros oculta, queridos hermanos: que un d a es ante el Se or como mil a os y mil a os como un d a.