Lucas 15:17 - Biblia Castilian 2003 Entrando entonces dentro de s mismo, se dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo estoy aqu muriéndome de hambre! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Biblia Nueva Traducción Viviente »Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! Biblia Católica (Latinoamericana) Finalmente recapacitó y se dijo: '¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces, volviendo° en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de panes, y yo aquí perezco de hambre! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entrando entonces dentro de sí mismo, se dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! |
Como un sue o después de despertar, al alzarte tú, Se or, desprecias sus figuras.
Esto es lo peor de cuanto acontece bajo el sol: que una misma es la suerte para todos. Además, el corazón de los hombres está lleno de malicia y de estupidez durante la vida; y después, ¡con los muertos!
Porque después de haberme convertido, siento arrepentimiento; y después de haberme conocido, me doy golpes de pecho; estoy avergonzado y compungido, y soporto la infamia de mi juventud'.
Jerusalén se acuerda, Zain en sus d as de aflicción y de extrav o, de todos sus tesoros, que databan de tiempo inmemorial. Cuando cayó su pueblo en manos del opresor, sin que nadie la ayudara, sus opresores la vieron e hicieron burla de su ruina.
Cayó en la cuenta y se convirtió de todos los pecados que hab a cometido, y por eso ciertamente vivirá; no morirá.
Porque su madre se prostituyó, se deshonró la que los concibió. Ella dec a: 'Me iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino mi aceite y mis bebidas'.
Y ansiaba llenar su estómago siquiera de las algarrobas que com an los puercos, pues nadie le daba nada.
Y en el abismo, estando en medio de tormentos, levantó los ojos y vio desde lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno.
La gente acud a a ver lo que hab a sucedido. Llegáronse a Jesús, y encontraron al hombre del que hab an salido los demonios, sentado ya, vestido y en su sano juicio, a los pies de Jesús. Y quedaron llenos de espanto.
Vuelto en s Pedro, dijo: 'Ahora realmente caigo en la cuenta de que ha enviado el Se or su ángel y me ha librado de la mano de Herodes y de toda la expectación del pueblo jud o'.
Al o r esto, se dolieron de corazón y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué tendr amos que hacer, hermanos?'.
Por eso se dice: 'Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y brillará sobre ti Cristo'.