En ti está la nobleza desde tu nacimiento en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu infancia.
Lucas 14:23 - Biblia Castilian 2003 Entonces el se or le dijo al criado: 'Pues sal a los caminos y cercados y obliga a la gente a entrar, hasta que mi casa se llene. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces su amo dijo: “Ve por los senderos y detrás de los arbustos y a cualquiera que veas, insístele que venga para que la casa esté llena. Biblia Católica (Latinoamericana) El patrón entonces dijo al sirviente: 'Vete por los caminos y por los límites de las propiedades y obliga a la gente a entrar hasta que se llene mi casa. La Biblia Textual 3a Edicion Y el señor dijo al siervo: Ve por los caminos y senderos, y constríñelos a entrar, para que se llene mi casa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces el señor le dijo al criado: 'Pues sal a los caminos y cercados y obliga a la gente a entrar, hasta que mi casa se llene. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. |
En ti está la nobleza desde tu nacimiento en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu infancia.
Tiene en cuenta su amor y lealtad a la casa de Israel. Los confines todos de la tierra son testigos del triunfo liberador de nuestro Dios.
Sucederá en aquel d a; la ra z de Jesé se erguirá como estandarte de los pueblos, la buscarán las naciones, y gloriosa será su morada.
Sucederá aquel d a: se tocará la trompeta gigante, y vendrán los perdidos en tierra de Asiria y los dispersos en tierra de Egipto, y adorarán a Yahveh en el monte santo, en Jerusalén.
Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones - dice Yahveh Sebaot -.
Por eso os digo: os quitarán el reino de Dios, y se lo darán a un pueblo que produzca los frutos del reino.
Luego le dijo el criado: 'Se or, se ha hecho lo que has mandado, pero todav a queda sitio'.
Porque os digo que ninguno de aquellos que fueron invitados ha de probar mi banquete''.
Pero insistieron en que se quedara con ellos, diciendo: 'Quédate con nosotros; que es tarde y el d a se acaba'. Entró, pues, para quedarse con ellos.
Tras haberse bautizado ella y los de su familia, nos rogó diciendo: 'Si me habéis juzgado fiel al Se or, entrad y quedaos en mi casa'. Y tanto nos insistió que no pudimos negarnos.
Pero ellos le opusieron resistencia y respondieron con ultrajes, por lo que él, sacudiéndose el vestido, les dijo: 'Allá vuestra sangre sobre vuestras cabezas. Yo estoy limpio. Desde ahora me dirigiré a los gentiles'.
Sabed, pues, que ya ha sido ya transferida esta salvación de Dios a los gentiles; ellos escucharán'.
Pero el Se or le dijo: 'Vete, porque éste es mi instrumento escogido, para ser portador de mi nombre ante los gentiles y los reyes, y ante los israelitas;
Pero pregunto: ¿es que no han o do? ¡Claro que s ! Por toda la tierra se difundió su voz, y hasta el fin del universo llegaron sus palabras.
Sabiendo, pues, lo que es el temor del Se or, intentamos persuadir a los hombres, pues para Dios estamos al descubierto y espero estarlo también para vuestras conciencias.
Hacemos, pues, de embajadores en nombre de Cristo y es Dios el que por medio de nosotros os exhorta: 'En nombre de Cristo os lo pedimos: dejaos reconciliar con Dios'.
Siendo, pues, colaboradores suyos, también os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios.
si es que permanecéis bien cimentados y firmes en la fe, y sin dejaros apartar de la esperanza del evangelio que habéis o do y ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo, y al cual yo, Pablo, he sido destinado como servidor.
A éste anunciamos nosotros advirtiendo y ense ando a todos los hombres en toda sabidur a, para que podamos presentarlos a todos ellos como hombres perfectos en Cristo.
Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, increpa, exhorta, con toda comprensión y sin cejar en la ense anza.