Al acecho del justo está el imp o, Sade buscando cómo pueda darle muerte;
Lucas 14:1 - Biblia Castilian 2003 Un sábado entró a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; y éstos lo estaban acechando. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Aconteció un día de reposo, que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante, que era fariseo, estos le acechaban. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día de descanso, Jesús fue a cenar en la casa de un líder de los fariseos, y la gente lo observaba de cerca. Biblia Católica (Latinoamericana) Un sábado Jesús fue a comer a la casa de uno de los fariseos más importantes, y ellos lo observaban. La Biblia Textual 3a Edicion Aconteció que al entrar° en casa de uno de los principales de los fariseos en un día de sábado, a comer pan, ellos lo observaban disimuladamente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Un sábado entró a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; y éstos lo estaban acechando. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció un día de sábado, que habiendo entrado para comer pan en casa de un príncipe de los fariseos, ellos le acechaban. |
Al acecho del justo está el imp o, Sade buscando cómo pueda darle muerte;
¿Hasta cuándo vuestra sa a contra uno, para entre todos abatirle, como un muro inclinado o la tapia que está para caer?
porque es igual que el ego sta: te dice: '¡Come y bebe!', pero su corazón no está contigo.
Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, es l cito hacer bien en d a de sábado'.
y estaban espiando a Jesús a ver si lo curaba en sábado, para poder acusarlo.
Apenas terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer en su casa; entró, pues, y se puso a la mesa.
Preguntado por los fariseos cuándo hab a de llegar el reino de Dios, él les contestó: 'El reino de Dios no ha de venir aparatosamente;
Luego ellos se pusieron a acecharlo y le enviaron esp as que fingieran ser hombres virtuosos, para sorprenderlo en alguna palabra, con el fin de entregarlo al poder y autoridad del procurador.
Los escribas y los fariseos lo espiaban a ver si lo curaba en sábado, para encontrar de qué acusarlo.
Hab a en el partido de los fariseos un hombre llamado Nicodemo, dignatario entre los jud os.
Pero se levantó en el sanedr n un fariseo, llamado Gamaliel, doctor de la Ley, estimado por todo el pueblo, el cual mandó que los hicieran salir por un momento,