Pero se rebelaron, se volvieron contra ti, echaron tu ley a sus espaldas, mataron a tus profetas, porque los exhortaban a convertirse a ti; grandes desprecios te hicieron.
Lucas 13:34 - Biblia Castilian 2003 ¡Jerusalén, Jerusalén: la que mata a los profetas y apedrea a los que fueron enviados a ella! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo sus alas! Pero vosotros no quisisteis. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! Biblia Nueva Traducción Viviente »¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de sus alas, y tú no has querido! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise recoger a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo sus alas, y no quisisteis!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Jerusalén, Jerusalén: la que mata a los profetas y apedrea a los que fueron enviados a ella! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo sus alas! Pero vosotros no quisisteis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! |
Pero se rebelaron, se volvieron contra ti, echaron tu ley a sus espaldas, mataron a tus profetas, porque los exhortaban a convertirse a ti; grandes desprecios te hicieron.
Fuiste paciente durante muchos a os, los exhortabas por tu esp ritu, mediante tus profetas, pero ellos no prestaron o do; por eso los entregaste en manos de las gentes del pa s.
Que se alegre Israel en su hacedor y los hijos de Sión se gocen en su rey.
tu justicia es comparable a los más altos montes como el abismo inmenso, tus juicios. Tú socorres, Se or, a hombres y bestias:
Del director. 'No destruyas'. De David. Miktam. En la cueva, huyendo de Saúl.
Entonces los arrojé en su propia obstinación, que caminaran según sus caprichos.
Con sus plumas te protege, bajo sus alas hallas un refugio por escudo y defensa su antebrazo.
Que as dice el Se or Yahveh, el Santo de Israel: 'En la conversión y en la calma seréis salvados; en la quietud y en la confianza estará vuestra fuerza'. Pero no quisisteis,
¿Por qué, cuando vine, no hab a nadie; cuando llamé, nadie respondió? ¿Es demasiado corta mi mano para librar o no hay en m fuerza para salvar? Mirad: con mi amenaza seco el mar, convierto los r os en desierto; apestan sus peces por falta de agua y se mueren de sed.
En vano castigué a vuestros hijos, no aprendieron la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como león desgarrador.
los cuales sacaron a Ur as de Egipto, lo llevaron ante el rey Joaqu n y éste lo pasó a cuchillo y arrojó luego su cadáver a la fosa común.
Se han cumplido las palabras de Jonadab, hijo de Recab, que prohibió a sus hijos beber vino, y no lo han bebido hasta hoy; pues obedecieron el mandato de su antepasado. Pero a m, que os he hablado a su tiempo y sin cesar, no me habéis escuchado
Por eso, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: voy a traer sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal que les he predicho, puesto que les he hablado y no me han escuchado, los he llamado y no me han respondido'.
As dice Yahveh: Paraos en los caminos y mirad, preguntad por los senderos antiguos, cuál es el buen camino y seguidlo, as hallaréis reposo para vuestras almas. Pero ellos respondieron: 'No queremos seguirlo'.
Por eso estoy llorando Ain y mis ojos se deshacen en lágrimas, porque se alejó de m el consolador, el que puede devolverme la vida. Mis hijos están desolados, porque prevalece el enemigo.
Fue as por los pecados de sus profetas, Mem por las iniquidades de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella la sangre de inocentes.
Cuanto más los llamaba yo, más se apartaban de m; sacrificaban a los baales y quemaban incienso a los dolos.
Mi pueblo sigue apostatando de m; aunque invocan a lo alto, nadie los levanta.
Hijos de Sión, alegraos, gozaos en Yahveh, vuestro Dios, porque él os concede la lluvia de oto o en justicia, hace caer sobre vosotros lluvia abundante: lluvia de oto o y de primavera, como anta o.
No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas anunciaron: 'As dice Yahveh Sebaot: convert os de vuestros malos caminos y de vuestras males acciones'. Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso - oráculo de Yahveh -.
Envió sus criados a llamar a los convidados al banquete, pero éstos no quisieron venir.
y los demás echaron mano a los criados del rey los ultrajaron y los mataron.
Entonces él se enfadó y no quer a entrar. Pero su padre salió para llamarlo.
te arrasarán a ti y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por no haber conocido el tiempo en que fuiste visitada'.
Volviéndose hacia ellas, Jesús les dijo: 'Hijas de Jerusalén, no lloréis por m; llorad, más bien, por vosotras y por vuestros hijos.
¿A quién de entre los profetas no persiguieron vuestros padres? Incluso dieron muerte a los que preanunciaban la venida del Justo, a quien vosotros, ahora habéis traicionado y asesinado;
Mientras apedreaban a Esteban, él oraba diciendo: 'Se or Jesús, recibe mi esp ritu'.
Saulo estaba de acuerdo con aquella muerte. Comenzó aquel d a una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén y todos se dispersaron por los lugares de Judea y de Samar a, a excepción de los apóstoles.
Si tuvieran cordura lo comprender an, se dar an cuenta del fin que les espera.
¡Ojalá que su corazón estuviera siempre dispuesto a temerme y a guardar todos mis mandamientos, a fin de que fuesen eternamente felices, ellos y sus hijos!
Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente se llaman Sodoma y Egipto, donde también su Se or fue crucificado.
Que Yahveh recompense tu acción y que recibas cumplida retribución de Yahveh, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte'.