El rey hab a encargado la vigilancia de la puerta a aquel oficial sobre cuyo brazo sol a apoyarse; el pueblo lo atropelló junto a la puerta y murió, como hab a predicho el varón de Dios cuando el rey bajó hacia él.
Lucas 12:1 - Biblia Castilian 2003 Y mientras la multitud segu a aumentando por millares, hasta el punto de atropellarse unos a otros, primero comenzó a decir a sus disc pulos: 'Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocres a. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras tanto, las multitudes crecieron hasta que miles de personas se arremolinaban y se atropellaban unas a otras. Jesús primero se dirigió a sus discípulos y les advirtió: «Tengan cuidado con la levadura de los fariseos, es decir, su hipocresía. Biblia Católica (Latinoamericana) Entre tanto se habían reunido miles y miles de personas, hasta el punto de que se aplastaban unos a otros. Entonces Jesús se puso a decir, especialmente para sus discípulos: 'Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. La Biblia Textual 3a Edicion Entretanto, se habían aglomerado° miles y miles de la multitud, hasta el punto que se pisoteaban unos a otros. Entonces comenzó a decir primero a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos,° que es la hipocresía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y mientras la multitud seguía aumentando por millares, hasta el punto de atropellarse unos a otros, primero comenzó a decir a sus discípulos: 'Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En esto, juntándose una innumerable multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es hipocresía. |
El rey hab a encargado la vigilancia de la puerta a aquel oficial sobre cuyo brazo sol a apoyarse; el pueblo lo atropelló junto a la puerta y murió, como hab a predicho el varón de Dios cuando el rey bajó hacia él.
es breve la alegr a del malvado y que sólo un instante dura el gozo del perverso?
Pues ¿qué espera conseguir el imp o cuando ruega, cuando eleva su esp ritu hacia Dios?
Y los falsos de corazón, los rencorosos, los que no gritan cuando él los encadena,
Temieron en Sión los pecadores, temblor sobrecogió a los imp os. ¿Quién de nosotros morará en fuego devorador? ¿Quién de nosotros morará en hogueras eternas?
¡Ay de vosotros, que sois como sepulcros sin indicación alguna, sobre los cuales pasan los hombres sin saberlo!'.
¡Hipócritas! Sabéis escudri ar el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo, pues, no escudri áis el momento presente?
Sucedió, pues, que, mientras él estaba de pie junto al lago de Genesaret, el pueblo se fue agolpando en torno a él, para o r la palabra de Dios.
Pero su fama se extend a cada d a más, y numerosas multitudes acud an para o rlo y para ser curadas de sus enfermedades.
Cuando bajó con ellos, se detuvo en una explanada, donde hab a un grupo numeroso de disc pulos suyos, y una gran multitud del pueblo, de toda Judea y Jerusalén, y del litoral de Tiro y Sidón,
Ellos, al o rle, glorificaban a Dios, y le dijeron: 'Ya ves, hermano, cuántos miles de creyentes hay entre los jud os, y todos ellos se muestran celosos en cumplir la ley.
Porque os transmit, en primer lugar, lo que a mi vez recib: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras;
Pero vosotros os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén de arriba, a millares de ángeles, a una reunión plena,
Mas la sabidur a de arriba es, ante todo, pura; luego, pac fica, moderada, indulgente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera.
Despojaos, pues, de toda maldad y de toda falsedad, de hipocres as, de envidias y de toda clase de maledicencias.