Y a los que estaban a la entrada de la casa, los hirieron de ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que no lograron dar con la puerta.
Lucas 11:34 - Biblia Castilian 2003 La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está iluminado; pero cuando está enfermo, también tu cuerpo queda en tinieblas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Biblia Nueva Traducción Viviente »Tu ojo es como una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo está enfermo, tu cuerpo está lleno de oscuridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tu ojo recibe la luz, toda tu persona tendrá luz; pero si tu ojo está oscurecido, toda tu persona estará en oscuridad. La Biblia Textual 3a Edicion La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo esté sano, todo tu cuerpo estará° lleno de luz, pero cuando esté malo, también tu cuerpo estará° oscuro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está iluminado; pero cuando está enfermo, también tu cuerpo queda en tinieblas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La luz del cuerpo es el ojo; así que cuando tu ojo es sencillo, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, también tu cuerpo está en tinieblas. |
Y a los que estaban a la entrada de la casa, los hirieron de ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que no lograron dar con la puerta.
porque Yahveh volcó sobre vosotros un soplo de letargo, que encoló vuestros ojos, profetas, y cubrió vuestras cabezas, videntes.
¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, sino el mensajero que env o? ¿Quién es ciego como el rescatado, y sordo como el siervo de Yahveh?
No conocen ni comprenden que sus ojos están tan pegados que no ven y sus corazones no entienden.
¡Ay de quienes llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo! De la oscuridad hacen luz y de la luz oscuridad; convierten lo amargo en dulce y lo dulce en amargo.
Embrutece el corazón de este pueblo, endurece sus o dos, ciega sus o dos, para que sus ojos no vean, ni oigan sus o dos, ni entienda su corazón y no se convierta y se cure'.
Escuchadlo, pueblo necio y sin cordura, que tienen ojos y no ven, tienen o dos y no oyen.
para que: Viendo, vean, pero no perciban; y oyendo, oigan, pero no entiendan; no sea que se conviertan y sean perdonados'.
adulterios, codicias, maldades, enga os, lujuria, envidia, injuria, soberbia, desatino.
Ahora mismo caerá sobre ti la mano del Se or y quedarás ciego, sin poder ver el sol por cierto tiempo'. Y al instante le sobrevinieron oscuridad y tinieblas y, tanteando, buscaba quien le llevara de la mano.
Acud an diariamente al templo con perseverancia y animados por un mismo esp ritu, part an el pan por las casas y tomaban juntos el alimento con alegr a y sencillez de corazón;
a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en m '.
Mi orgullo se basa en el testimonio de nuestra conciencia de que hemos actuado en el mundo, y especialmente con vosotros, con la simplicidad y honradez de Dios, [y] no con sabidur a carnal, sino con la gracia de Dios.
Pero temo que, como la serpiente enga ó a Eva con su astucia, también vuestros pensamientos se corrompan apartándose de la sencillez [y de la pureza] que debéis a Cristo.
en aquellos incrédulos cuya mente obcecó el dios de este mundo, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios.
para que el Dios de nuestro Se or Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé esp ritu de sabidur a y de revelación en el pleno conocimiento de él;
Esclavos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con sumisión y respeto, en la sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos en este mundo, no con un servicio hecho para ser vistos, como quien busca agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, por el temor del Se or.