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Levítico 26:14 - Biblia Castilian 2003

'Pero si no me escucháis; si no ponéis en práctica todos estos mandamientos m os,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Sin embargo, si no me escuchan ni obedecen todos estos mandatos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero si no me escuchan, si no cumplen todo eso;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero si no queréis escucharme, ni poner por obra todos estos mandamientos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Pero si no me escucháis; si no ponéis en práctica todos estos mandamientos míos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos,

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Lòt tradiksyon



Levítico 26:14
23 Referans Kwoze  

'Id a consultar a Yahveh por m, por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que ha sido hallado, pues grande debe de ser la cólera de Yahveh que se ha encendido contra nosotros, por no haber obedecido nuestros padres las palabras de este libro y no haber hecho en todo conforme a lo escrito en él'.


esto dice Yahveh, Dios de Israel: 'Yo traeré sobre este lugar y sobre sus habitantes la desventura, es decir, todas las maldiciones escritas en el libro que han sido le das en presencia del rey de Judá.


Pero si vosotros os apartáis de m, no guardáis los preceptos y mandatos que os di, os vais a servir a dioses extra os y os postráis ante ellos,


Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer.


Yahveh maldice la casa del malvado y bendice la morada de los rectos;


Pero ellos no escucharon ni aplicaron su o do, sino que cada uno siguió la obstinación de su corazón malvado, y por eso hice recaer sobre ellos todas las palabras de esta alianza que les hab a mandado cumplir y que no cumplieron'.


Pero si no me escucháis, si no santificáis el d a del sábado dejando de transportar cargas y de pasarlas por las puertas de Jerusalén el d a del sábado, entonces en sus puertas encenderé fuego que devorará los palacios de Jerusalén y no se apagará'.


Diles, pues: 'As dice Yahveh: si no me escucháis, obrando según la ley que he puesto delante de vosotros,


los profetas que hubo antes de m y de ti, desde siempre, han profetizado guerra, hambre y peste contra pa ses poderosos y contra grandes reinos.


Ellos vinieron y lo ocuparon, pero no escucharon tu voz, no caminaron según tu ley ni hicieron nada de cuanto les hab as mandado hacer, y as convocaste contra ellos toda esta desgracia.


El jefe de la escolta tomó a Jerem as y le dijo: 'Yahveh, tu Dios, hab a predicho esta desgracia contra este lugar.


Justo es Yahveh, Sade pues he sido rebelde a su palabra. O d, pueblos todos, ved mi dolor: mis doncellas y mis jóvenes han ido al cautiverio.


Hizo Yahveh lo que hab a resuelto, Ain cumplió su palabra, la que hab a decretado desde tiempos antiguos: destruyó sin piedad, hizo que de ti se riera el enemigo, elevó el poder de tus opresores.


Como está escrito en la ley de Moisés, cayó sobre nosotros toda esta calamidad, y no aplacamos la faz de Yahveh, nuestro Dios, convirtiéndonos de nuestras iniquidades y prestando atención a tu verdad.


Adondequiera que vayan, extenderé sobre ellos mi red; los cazaré como aves del cielo, los atraparé cuando estén en asamblea.


Si con todo esto aún no me escucháis, seguiré castigándoos siete veces más por vuestros pecados.


Si no escucháis y no hacéis la intención firme de dar gloria a mi nombre - dice Yahveh Sebaot -, lanzaré contra vosotros la maldición y maldeciré vuestras bendiciones. Las maldeciré porque ninguno de vosotros lo hacéis de corazón.


Todo el que no escuche a tal profeta será borrado del pueblo.


Cuidad de no eludir al que os habla, pues si aquellos que elud an al que daba órdenes sobre la tierra no escaparon al castigo, menos escaparemos nosotros si volvemos la espalda al que da órdenes desde el cielo.


Pero sucederá que, as como se cumplieron todas las buenas promesas proferidas por Yahveh, vuestro Dios, en favor vuestro, as también se cumplirán contra vosotros todas las amenazas, hasta exterminaros de esta buena tierra que os dio Yahveh, vuestro Dios.


En todas sus campa as, la mano de Yahveh les era adversa, según se lo hab a anunciado Yahveh y se lo hab a jurado. Estaban, pues, en gran aprieto.


Pero, si no escucháis la voz de Yahveh, y sois rebeldes a sus mandamientos, la mano de Yahveh se dejará sentir sobre vosotros como se dejó sentir sobre vuestros padres.