Entonces José los retiró de entre las rodillas de su padre y se postró rostro en tierra.
Levítico 19:3 - Biblia Castilian 2003 Cada uno de vosotros respetará a su padre y a su madre; y guardaréis mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente »Cada uno de ustedes tenga gran respeto por su madre y su padre, y siempre guarde mis días de descanso. Yo soy el Señor su Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios! La Biblia Textual 3a Edicion Cada uno temerá a su madre y a su padre,° y guardaréis° mis días de reposo.° Yo, YHVH vuestro Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cada uno de vosotros respetará a su padre y a su madre; y guardaréis mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis sábados guardaréis: Yo soy Jehová vuestro Dios. |
Entonces José los retiró de entre las rodillas de su padre y se postró rostro en tierra.
Tú les diste a conocer tu santo sábado, tú les impusiste mandamientos, preceptos y una ley por medio de tu siervo Moisés.
Mirad, Yahveh os ha dado el sábado; por eso el d a sexto os da pan para dos d as. Quédese, pues, cada uno en su casa, y que nadie salga de su lugar el d a séptimo'.
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus d as sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar.
Escucha, hijo m o, la instrucción de tu padre y no rechaces la ense anza de tu madre,
Escucha a tu padre, que te engendró; y no desprecies a tu madre en su vejez.
Al hijo que se burla de su padre y desprecia la vejez de su madre, los cuervos le sacarán los ojos, lo devorarán los aguiluchos.
Si retraes del sábado tu pie, de hacer tus negocios en mi santo d a; si llamas al sábado delicia, al d a santo de Yahveh venerando, y lo veneras, no haciendo tus encargos, no abordando tus negocios ni tratándolos,
Les di, además, mis sábados, para que fueran una se al entre ellos y yo, y supieran que yo, Yahveh, soy quien los santifico.
Por ser yo, Yahveh, vuestro Dios, debéis vosotros santificaros y ser santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ninguno de los reptiles que se arrastran sobre la tierra.
El quinto a o podréis comer los frutos y se acrecentará el rendimiento en beneficio vuestro. Yo, Yahveh, vuestro Dios.
No acudáis a los nigromantes ni consultéis a los adivinos para no quedar impuros. Yo, Yahveh, vuestro Dios.
Al extranjero que se establece entre vosotros deberéis tratarlo como a los de vuestro pueblo; lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en el pa s de Egipto. Yo, Yahveh.
'Seis d as se trabajará, pero el d a séptimo será sábado de completo reposo y de asamblea santa. No se hará trabajo alguno. Es un sábado para Yahveh, dondequiera que habitéis.
El hijo honra a su padre, y el siervo a su se or. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy se or, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros dec s: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.
Maldito el que desprecie a su padre o a su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.
Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha ordenado Yahveh, tu Dios, para que se prolonguen tus d as y seas feliz en el suelo que Yahveh, tu Dios, te da.
Más aún, ten amos a nuestros padres carnales que nos correg an, y los respetábamos. ¿No nos someteremos con mayor razón al Padre de los esp ritus, y as tendremos vida?