Si no tiene lo necesario para un cordero, tomará dos tórtolas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para el sacrificio por el pecado; el sacerdote hará la expiación por ella y ella quedará purificada'.
Levítico 14:30 - Biblia Castilian 2003 Después, con una de las tórtolas o uno de los pichones que el oferente pudo conseguir, ofrecerá el sacerdote Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según pueda. Biblia Nueva Traducción Viviente »Después el sacerdote ofrecerá las dos tórtolas o los dos pichones de paloma, según lo que la persona pueda pagar. Biblia Católica (Latinoamericana) Luego sacrificará una de las tórtolas o pichones, La Biblia Textual 3a Edicion Asimismo ofrecerá la primera de las tórtolas o de los palominos, de lo que alcance su mano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después, con una de las tórtolas o uno de los pichones que el oferente pudo conseguir, ofrecerá el sacerdote Biblia Reina Valera Gómez (2023) Asimismo ofrecerá una de las tórtolas, de los palominos, lo que alcanzare su mano: |
Si no tiene lo necesario para un cordero, tomará dos tórtolas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para el sacrificio por el pecado; el sacerdote hará la expiación por ella y ella quedará purificada'.
y un par de tórtolas o dos pichones, según sus posibilidades, uno como v ctima expiatoria y el otro para el holocausto.
El sacerdote pondrá el aceite que todav a le quede en la palma de la mano sobre la cabeza del que ha de purificarse y celebrará el rito de la expiación por él ante Yahveh.
un sacrificio por el pecado; y con el otro, un holocausto, además de la oblación. El sacerdote hará la expiación ante Yahveh por el que se purifica.
Si no dispone de medios para procurarse una cabeza de ganado menor, llevará a Yahveh, como sacrificio de reparación por el pecado cometido, dos tórtolas o dos pichones, uno como sacrificio expiatorio y otro en holocausto,
y para ofrecer un sacrificio, como lo dice también la ley del Se or: Un par de tórtolas o dos pichones.
En efecto, lo que era imposible a la ley, por cuanto que estaba incapacitada por causa de la carne, Dios, enviando a su propio Hijo en carne semejante a la del pecado y como v ctima por el pecado, condenó al pecado en la carne,