Dijo Yahveh - Dios a la mujer: '¿Qué es lo que has hecho?'. Respondió la mujer: 'La serpiente me enga ó, y com '.
Levítico 12:5 - Biblia Castilian 2003 Si diere a luz una ni a, será impura durante dos semanas, como durante la menstruación, y permanecerá en casa sesenta y seis d as más, para purificar la sangre. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre. Biblia Nueva Traducción Viviente Si una mujer da a luz una hija, quedará ceremonialmente impura durante dos semanas, así como es impura durante su período menstrual. Después de esperar sesenta y seis días, ella quedará purificada del flujo de sangre del parto. Biblia Católica (Latinoamericana) Si dio a luz una niña, estará impura dos semanas, y lo mismo será doble el tiempo de su purificación: esperará sesenta y seis días la purificación de su sangre. La Biblia Textual 3a Edicion Pero si da a luz una hembra, entonces estará impura dos semanas, como en su menstruación, y permanecerá sesenta y seis días purificándose de su sangre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si diere a luz una niña, será impura durante dos semanas, como durante la menstruación, y permanecerá en casa sesenta y seis días más, para purificar la sangre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si diere a luz una hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre. |
Dijo Yahveh - Dios a la mujer: '¿Qué es lo que has hecho?'. Respondió la mujer: 'La serpiente me enga ó, y com '.
'Habla a los israelitas y diles: la mujer que haya concebido y dé a luz un hijo varón será impura siete d as, será impura como en el tiempo de la menstruación.
pero ella permanecerá todav a en casa treinta y tres d as para purificar la sangre; no tocará nada santo ni entrará en el santuario hasta que se cumplan los d as de su purificación.
Al cumplirse los d as de su purificación, tanto si se trata de un ni o como de una ni a, presentará al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro, un cordero de un a o como holocausto, y un pichón o una tórtola, como sacrificio por el pecado.