mientras en el cercado vosotros reposáis: alas de paloma recubiertas de plata y sus plumas oro verde.
Jueces 9:48 - Biblia Castilian 2003 Entonces Abimélec subió al monte Salmón con toda su gente, tomó en su mano el hacha, cortó una rama de árbol y, levantándola, se la echó al hombro y dijo a su gente: '¡Daos prisa; haced lo que me habéis visto hacer!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces subió Abimelec al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo. Biblia Nueva Traducción Viviente entonces él llevó a sus tropas al monte Salmón. Tomó un hacha, cortó ramas de un árbol y se las puso al hombro. «¡Rápido, hagan lo mismo que hice yo!», dijo a sus hombres. Biblia Católica (Latinoamericana) tomó un hacha de doble filo con la que cortó un árbol, lo levantó y se lo puso al hombro. Luego dijo a los que lo acompañaban: 'Vieron lo que hice, apresúrense en hacer lo mismo que yo'. La Biblia Textual 3a Edicion Abimelec subió al monte Salmón con toda la gente que lo acompañaba. Luego tomó Abimelec el hacha de doble filo en su mano, cortó una rama del árbol, la cual alzó sobre su hombro, y dijo al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Abimélec subió al monte Salmón con toda su gente, tomó en su mano el hacha, cortó una rama de árbol y, levantándola, se la echó al hombro y dijo a su gente: '¡Daos prisa; haced lo que me habéis visto hacer!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces subió Abimelec al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos y haced lo mismo. |
mientras en el cercado vosotros reposáis: alas de paloma recubiertas de plata y sus plumas oro verde.
Avisaron a Abimélec que todos los principales de la torre de Siquén se hab an reunido all.
Y toda la gente cortó cada uno una rama, siguieron tras de Abimélec, echaron las ramas sobre la cripta y le prendieron fuego. As perecieron todos los que estaban en la torre de Siquén: unas mil personas entre hombres y mujeres.
Abimélec llegó hasta la torre para atacarla, y se acercó a la entrada de la misma con la intención de incendiarla.