En ese tiempo no habrá paz para nadie, porque grandes tribulaciones pesarán sobre todos los habitantes de los diversos pa ses.
Jueces 5:6 - Biblia Castilian 2003 En los d as de Sangar, hijo de Anat, en los d as de Yael, no hab a caravanas; los que antes caminaban por calzadas andaban ahora por senderos tortuosos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, Y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos. Biblia Nueva Traducción Viviente »En los días de Samgar, hijo de Anat, y en los días de Jael, la gente evitaba las rutas principales y los viajeros no salían de los caminos sinuosos. Biblia Católica (Latinoamericana) En tiempos de Samgar, hijo de Anat, en tiempos de Yael, las caravanas no viajaban, los viajeros tomaban caminos apartados. La Biblia Textual 3a Edicion En tiempo de Samgar ben Anat, En los días de Jael, cesaron los senderos,° Y los viajeros andaban por sendas tortuosas.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 En los días de Sangar, hijo de Anat, en los días de Yael, no había caravanas; los que antes caminaban por calzadas andaban ahora por senderos tortuosos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Jael, cesaron los caminos, y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos. |
En ese tiempo no habrá paz para nadie, porque grandes tribulaciones pesarán sobre todos los habitantes de los diversos pa ses.
Mas al que tiende a lo torcido que el Se or lo conduzca con los art fices del mal. ¡La paz sobre Israel!
Están desiertos los caminos, nadie pasa ya por el sendero. Rompió la alianza, despreció las ciudades, a nadie respetó.
No salgáis al campo, no andéis por el camino, pues la espada del enemigo está ah: terror por todas partes.
Los caminos de Sión están de luto, Dálet porque nadie acude a las fiestas; desiertas están todas sus puertas, sus sacerdotes gimen, se afligen sus doncellas, y ella misma está colmada de amargura.
Espiaban nuestros pasos, Sade nos prohib an andar por nuestras plazas. Se acercaba nuestro fin, se cumpl an nuestros d as. S; nuestro fin ha llegado.
Soltaré contra vosotros bestias salvajes, que os arrebatarán vuestros hijos, despedazarán vuestro ganado y os diezmarán, de modo que vuestros caminos quedarán desiertos.
Justamente por vuestra culpa, Sión será arada como un campo, Jerusalén reducida a un montón de ruinas y el monte del templo a un cerro de maleza.
Le sucedió Sangar, hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes. También él salvó a Israel.
Faltaban caudillos en Israel, faltaban, hasta que yo, Débora, surg, hasta que surg como madre de Israel.