Murió Débora, la nodriza de Rebeca, y fue sepultada por debajo de Betel, al pie de la encina, a la que se llamó Encina del llanto.
Jueces 4:5 - Biblia Castilian 2003 Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la monta a de Efra n; y los israelitas acud an a ella para resolver sus litigios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Biblia Nueva Traducción Viviente Solía sentarse bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la zona montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para que los juzgara. Biblia Católica (Latinoamericana) Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Rama y Betel, en la montaña de Efraín, y los israelitas subían donde ella para obtener justicia. La Biblia Textual 3a Edicion Y se sentaba bajo el palmar de Débora, entre Ramá y Bet-’El, en la serranía de Efraín, y los hijos de Israel acudían a ella para que los juzgara. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín; y los israelitas acudían a ella para resolver sus litigios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y ella habitaba debajo de la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. |
Murió Débora, la nodriza de Rebeca, y fue sepultada por debajo de Betel, al pie de la encina, a la que se llamó Encina del llanto.
Al d a siguiente, se sentó Moisés para juzgar al pueblo; y el pueblo permaneció de pie ante Moisés desde la ma ana hasta la tarde.
Cuando tienen algún litigio, vienen a m, y yo juzgo entre uno y otro, dándoles a conocer los decretos de Dios y sus leyes'.
Escúchame, pues, ahora: voy a darte un consejo y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo ante Dios y preséntale a él los asuntos.
Resolv an los asuntos del pueblo en todo momento. Llevaban a Moisés los asuntos más arduos y solucionaban por s mismos los de menor importancia.
As dice Yahveh: '¡Escuchad! En Ramá se oye un lamento, un llanto muy amargo: Raquel llora por sus hijos, inconsolable, por sus hijos, porque ya no existen'.
Por aquel tiempo era juez en Israel la profetisa Débora, mujer de Lapidot.
Hab a un hombre de Ramatáin, de la familia de Suf, de la monta a de Efra n, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efrainita.
Se levantaron de madrugada y, después de haber adorado a Yahveh, volvieron y se fueron a su casa de Ramá. Elcaná conoció a Ana su mujer, y Yahveh se acordó de ella.
Se enteró Saúl de que David y los hombres que le segu an hab an sido descubiertos. Hallábase Saúl en Guibeá, sentado bajo el tamarisco de la colina, lanza en mano rodeado de sus servidores.
Murió Samuel, y todo Israel se congregó para hacer duelo por él. Lo sepultaron en una heredad suya, en Ramá. David partió y bajó al desierto de Maón.
Después regresaba a Ramá, donde ten a su casa; all administraba justicia a Israel y all edificó un altar a Yahveh.