Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a evangelizar; y no con sabias palabras, para no privar de eficacia la cruz de Cristo.
Jueces 3:31 - Biblia Castilian 2003 Le sucedió Sangar, hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes. También él salvó a Israel. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de Aod fue Samgar, hijo de Anat, quien rescató a Israel. En una ocasión mató a seiscientos filisteos con una aguijada para bueyes. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de él surgió Samgar, hijo de Anat. Venció a seiscientos hombres de los filisteos con una picana de bueyes; él también fue un libertador de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Después de éste fue Samgar ben Anat, el cual hirió a seiscientos hombres de los filisteos con una quijada de buey; y él también libró a Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le sucedió Sangar, hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes. También él salvó a Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después de este fue Samgar hijo de Anat, el cual hirió seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también libró a Israel. |
Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a evangelizar; y no con sabias palabras, para no privar de eficacia la cruz de Cristo.
Respondió Yahveh a los israelitas: '¿Es que no os oprimieron los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos,
Los amonitas se movilizaron y acamparon en Galaad. También se movilizaron los israelitas y acamparon en Mispá.
Encendióse la ira de Yahveh contra Israel y los entregó en manos de los filisteos y de los amonitas,
Y como encontró una quijada de asno todav a fresca, echó mano, la agarró y mató con ella a mil hombres.
Aquel d a, Moab fue humillado bajo la mano de Israel. Y el pa s quedó tranquilo durante ochenta a os.
Después de la muerte de Ehúd, volvieron los israelitas a hacer lo que es malo a los ojos de Yahveh.
En los d as de Sangar, hijo de Anat, en los d as de Yael, no hab a caravanas; los que antes caminaban por calzadas andaban ahora por senderos tortuosos.
Por haber escogido dioses nuevos, a las puertas estaba la guerra. ¿Acaso se ve an escudos ni lanzas entre cuarenta mil en Israel?
Pero olvidaron a Yahveh, su Dios, y él los entregó en poder de S sara, jefe del ejército de Jasor, y en poder de los filisteos y del rey de Moab, que les hicieron la guerra.
Y todos los aqu reunidos reconocerán que Yahveh no otorga la salvación por la espada o por la lanza; porque Yahveh es el due o de la guerra y él os entregará en nuestras manos'.
As, con una honda y un guijarro, venció David al filisteo; lo hirió y le dio muerte, sin tener espada en su mano.
La palabra de Samuel era escuchada en todo Israel. Salió Israel al encuentro de los filisteos para hacerles la guerra. Acamparon junto a Eben Haézer, mientras que los filisteos acamparon en Afec.