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Jueces 21:1 - Biblia Castilian 2003

Los hombres de Israel hab an hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros entregará su hija por esposa a los de Benjam n'.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los israelitas habían jurado en Mizpa: «Nunca daremos nuestras hijas en matrimonio a ningún hombre de la tribu de Benjamín».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los israelitas habían hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a alguien de Benjamín'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los hombres de Israel habían hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros entregará su hija por esposa a los de Benjamín'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por esposa.

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Lòt tradiksyon



Jueces 21:1
19 Referans Kwoze  

De los muchos afanes nacen los sue os, y de las muchas palabras las necedades.


Si juras: '¡Por vida de Yahveh!'. con verdad, rectitud y justicia, en él serán bendecidas las naciones y en él se gloriarán.


Jerem as fue entonces a Mispá, donde estaba Godol as, hijo de Ajicán, y se quedó con él entre la población que hab a quedado en el pa s.


Y le a adió bajo juramento: 'Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino'.


Al hacerse de d a, tuvieron los jud os una reunión y se juramentaron, prometiendo no comer ni beber hasta que hubieran dado muerte a Pablo.


Pues doy testimonio en favor de ellos: tienen celo por Dios, pero no acorde con un verdadero conocimiento.


Salieron entonces todos los israelitas y la comunidad se reunió como un solo hombre, desde Dan hasta Berseba, y los de la tierra de Galaad, ante Yahveh en Mispá.


Tomaremos diez hombres de cada cien de todas las tribus de Israel, cien de cada mil, mil de cada diez mil, y que vayan en busca de provisiones para la gente que va a tratar a Guibeá de Benjam n según su merecido por la gran infamia que cometió en Israel'.


Los israelitas se volvieron contra los benjaminitas y pasaron a filo de espada a cuanto quedaba en las ciudades, hombres y ganados, y prendieron fuego a todas las ciudades que encontraron a su paso.


Todo el pueblo como un solo hombre se levantó para decir: '¡Nadie volverá a su tienda ni se irá a su casa!


Pero nosotros no podemos darles nuestras hijas por esposas, porque los israelitas han jurado diciendo: '¡Maldito el que entregue una mujer a Benjam n!''.


Si sus padres o hermanos vienen a querellarse contra nosotros, les diremos: concedednos esta gracia en favor de ellos, porque no hemos tomado en la batalla una esposa para cada hombre; ni tampoco sois vosotros los que se las habéis entregado, en cuyo caso ser ais culpables'.


Y se preguntaron los israelitas: '¿Cuál de entre todas las tribus de Israel no subió a la asamblea ante Yahveh?'. Porque hab an hecho este solemne juramento contra el que no subiera a Mispá ante Yahveh: 'Morirá sin remisión'.


¿Qué haremos para procurar mujeres a los supervivientes, ya que nosotros hemos jurado por Yahveh no entregarles nuestras hijas por esposas?'.


Estaban aquel d a los israelitas extenuados. Saúl hab a conjurado al pueblo: '¡Maldito quien coma algo antes del atardecer, antes de que me vengue de mis enemigos!'. Por ello, nadie de la tropa probó bocado.