Se acordó entonces José de los sue os que hab a tenido sobre ellos y les dijo: 'Vosotros sois esp as; habéis venido a conocer los puntos indefensos del pa s'.
Jueces 18:2 - Biblia Castilian 2003 Los danitas enviaron de entre los suyos a cinco hombres de sus familias, hombres valerosos, desde Sorá y Estaol, para explorar y reconocer el territorio. Les dijeron: 'Id a reconocer el territorio'. Llegaron a la monta a de Efra n, hasta la casa de Micá, y all pasaron la noche. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los hijos de Dan enviaron de su tribu cinco hombres de entre ellos, hombres valientes, de Zora y Estaol, para que reconociesen y explorasen bien la tierra; y les dijeron: Id y reconoced la tierra. Estos vinieron al monte de Efraín, hasta la casa de Micaía, y allí posaron. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los hombres de Dan escogieron de entre sus clanes a cinco guerreros competentes de las ciudades de Zora y Estaol para que exploraran algún territorio donde la tribu pudiera establecerse. Cuando los guerreros llegaron a la zona montañosa de Efraín, entraron en la casa de Micaía y allí pasaron la noche. Biblia Católica (Latinoamericana) La gente de Dan envió a cinco hombres de los suyos para que recorrieran el país y lo exploraran. Les dijeron: 'Vayan a inspeccionar el país'. Estos llegaron pues a los montes de Efraín, cerca de la casa de Micá, y allí pasaron la noche. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hijos de Dan enviaron desde Zora y Estaol a cinco hombres de su estirpe, de los más nobles entre ellos, hombres de valor, para explorar y reconocer la tierra, y les dijeron: ¡Id y explorad la tierra! Y ellos llegaron a la serranía de Efraín, hasta la casa de Micah, para pasar allí la noche. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los danitas enviaron de entre los suyos a cinco hombres de sus familias, hombres valerosos, desde Sorá y Estaol, para explorar y reconocer el territorio. Les dijeron: 'Id a reconocer el territorio'. Llegaron a la montaña de Efraín, hasta la casa de Micá, y allí pasaron la noche. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hijos de Dan enviaron de su tribu cinco hombres de sus términos, hombres valientes, de Zora y Estaol, para que reconociesen y explorasen bien la tierra; y les dijeron: Id y reconoced la tierra. Estos vinieron al monte de Efraín, hasta la casa de Micaía, y allí posaron. |
Se acordó entonces José de los sue os que hab a tenido sobre ellos y les dijo: 'Vosotros sois esp as; habéis venido a conocer los puntos indefensos del pa s'.
Los mandó Moisés a explorar el pa s de Canaán y les dijo: 'Subid por el Negueb, pasad luego a la monta a
¿O qué rey, teniendo que salir a campa a contra otro rey, no se sienta antes a reflexionar si será capaz de enfrentarse con diez mil hombres al que viene contra él con veinte mil?
Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sit n dos esp as con esta orden: 'Id a explorar el pa s, y más en especial Jericó'. Fueron, pues, entraron en casa de una meretriz, por nombre Rajab, y se hospedaron all.
Se le dio aviso al rey de Jericó: 'Mira, unos hombres de los israelitas han entrado aqu esta noche para explorar el pa s'.
Hab a entonces un hombre de Sorá, de la familia de los danitas, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no hab a tenido hijos.
Y el esp ritu de Yahveh comenzó a excitarlo en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol.
Bajaron luego sus hermanos y todos los de la casa de su padre y se lo llevaron. Lo subieron y lo sepultaron entre Sorá y Estaol, en la tumba de Manóaj, su padre. Hab a sido juez en Israel durante veinte a os.
Emigraron de all, de Sorá y Estaol, seiscientos hombres de la tribu de Dan, bien equipados de armas de guerra.
Mientras estaban ellos junto a la casa de Micá, reconocieron al joven levita por la voz y, dirigiéndose a él, le dijeron: '¿Quién te ha tra do aqu y qué haces por estos lugares? ¿A qué te dedicas?'.
Regresaron luego adonde sus hermanos de Sorá y Estaol y sus hermanos les preguntaron: '¿Qué noticias traéis?'.
Por aquel tiempo, cuando aún no hab a rey en Israel, un levita que resid a como forastero en los confines de la monta a de Efra n tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.
Y le respondió: 'Estamos de paso. Vamos de Belén de Judá hacia los confines de la monta a de Efra n, de donde soy. He ido a Belén y ahora vuelvo a mi casa. Pero no hay quien me ofrezca la suya.