y bendijo a Abrán diciéndole: 'Bendito sea Abrán del Dios Alt simo, creador del cielo y de la tierra.
Jueces 17:2 - Biblia Castilian 2003 Éste dijo a su madre: 'Los mil cien siclos de plata que te han sido hurtados y por los que lanzabas maldiciones que has hecho llegar a mis o dos, los tengo yo; yo los hab a tomado'. Dijo entonces su madre: '¡Bendito, tú, hijo m o, ante Yahveh!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. Biblia Nueva Traducción Viviente Un día le dijo a su madre: —Te oí maldecir a la persona que te robó mil cien piezas de plata. Bueno, yo tengo el dinero; fui yo quien lo tomó. —El Señor te bendiga por haberlo admitido —respondió la madre. Biblia Católica (Latinoamericana) Dijo a su madre: 'Las mil cien monedas de plata que te habían robado y a propósito de las cuales habías pronunciado una maldición, maldición que oí con mis propios oídos, pues bien, esa plata la tengo yo: yo la había tomado'. Su madre dijo inmediatamente: '¡Yavé bendiga a mi hijo!' La Biblia Textual 3a Edicion quien le dijo a su madre: Los mil cien ciclos de plata que te fueron sustraídos, acerca de los cuales proferiste maldición a mis oídos, he aquí, aquella plata está en mi poder. Yo la tomé. Y su madre le dijo: ¡Bendito seas de YHVH, hijo mío! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éste dijo a su madre: 'Los mil cien siclos de plata que te han sido hurtados y por los que lanzabas maldiciones que has hecho llegar a mis oídos, los tengo yo; yo los había tomado'. Dijo entonces su madre: '¡Bendito, tú, hijo mío, ante Yahveh!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, por lo que tú maldecías, y de los cuales me hablaste, he aquí que yo tengo este dinero; yo lo había tomado. Entonces su madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. |
y bendijo a Abrán diciéndole: 'Bendito sea Abrán del Dios Alt simo, creador del cielo y de la tierra.
Yo les reprend y los maldije, e incluso mandé azotar a algunos de ellos y arrancarles los cabellos. Les hice jurar por el nombre de Dios: 'No deis vuestros hijos a sus hijas, ni toméis sus hijas para vuestros hijos o para vosotros.
El malvado se jacta en sus caprichos, (Mem) profiere maldición y desprecia al Se or.
No pronunciarás el nombre de Yahveh, tu Dios, en vano; pues Yahveh no dejará impune al que pronuncie en vano su nombre.
Quien roba a su padre diciendo: 'No es pecado', comparte la conducta del bandido.
¡Maldito quien haga la obra de Yahveh con negligencia! ¡Maldito quien prive de sangre a su espada!
Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar: '¡Que no conozco a ese hombre!'. Y en aquel momento cantó un gallo.
Hasta desear a yo mismo ser anatema, ser separado de Cristo en bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne.
Maldito el que desprecie a su padre o a su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.
Devolvió él los mil cien siclos de plata a su madre, y ella dijo: 'Yo hab a consagrado solemnemente y de forma voluntaria este dinero a Yahveh en favor de mi hijo, para fabricar una estatua y una imagen de metal fundido'. Él dijo: 'Ahora te lo devuelvo'.
Maldecid a Meroz, dice el ángel de Yahveh, maldecid y maldecid a sus habitantes, porque no vinieron en ayuda de Yahveh, en ayuda de Yahveh, con los héroes.
Dijo entonces él: '¡Bendita seas tú de parte de Yahveh, hija m a! Tu segundo acto de piedad ha sido todav a mejor que el primero, pues no has ido en busca de jóvenes, pobres o ricos.
Estaban aquel d a los israelitas extenuados. Saúl hab a conjurado al pueblo: '¡Maldito quien coma algo antes del atardecer, antes de que me vengue de mis enemigos!'. Por ello, nadie de la tropa probó bocado.
Entonces uno de la tropa le dijo: 'Tu padre ha conjurado solemnemente al pueblo: '¡Maldito quien hoy coma algo!'. Y la gente se encuentra extenuada'.
Fue entonces Samuel adonde estaba Saúl, y éste lo saludó: '¡Bendito seas de Yahveh! Ya he dado cumplimiento a la orden de Yahveh'.
Respondió Saúl: '¡Benditos seáis de Yahveh, pues os habéis compadecido de m !
Ahora, pues, que mi se or, el rey, se digne escuchar las palabras de su siervo. Si es Yahveh quien te excita contra m, que acepte el olor de una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean ellos ante Yahveh, porque me expulsan hoy para que no tenga parte en la heredad de Yahveh, como si me dijeran: 'Vete a servir a dioses extranjeros'.