Los labios sinceros duran para siempre; la lengua mentirosa, sólo un instante.
Jueces 16:7 - Biblia Castilian 2003 Le dijo Sansón: 'Si me ataran con siete cuerdas de arco frescas y todav a húmedas, quedar a sin fuerza y ser a como un hombre cualquiera'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente Sansón respondió: —Si me ataran con siete cuerdas de arco que sean nuevas y que aún no se hayan secado, me volvería tan débil como cualquier otro hombre. Biblia Católica (Latinoamericana) Sansón le dijo: 'Si me ataran con siete cuerdas nuevas que todavía no estén secas, perdería mi fuerza y sería como un hombre cualquiera'. La Biblia Textual 3a Edicion Y Sansón le respondió: Si me atan con siete tendones° frescos que aún no estén secos, entonces me debilitaré y llegaré a ser como cualquier otro hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dijo Sansón: 'Si me ataran con siete cuerdas de arco frescas y todavía húmedas, quedaría sin fuerza y sería como un hombre cualquiera'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Sansón le respondió: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén secos, entonces me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres. |
Los labios sinceros duran para siempre; la lengua mentirosa, sólo un instante.
El lenguaje exquisito no va con el necio; menos aún el lenguaje falso con el pr ncipe.
¿Y por qué - como se nos calumnia y como algunos dicen que afirmamos nosotros - no habr amos de hacer el mal para que venga el bien? Con toda justicia son condenados estos tales.
No os enga éis: de Dios nadie se burla. Lo que cada uno siembra, eso mismo cosechará.
No os mintáis unos a otros, después de haberos despojado de la vieja condición humana con sus acciones
Dijo entonces Dalila a Sansón: 'Te has burlado de m y me has dicho una mentira. Por favor, dime ahora con qué habr a que atarte'.
Dalila dijo a Sansón: 'Expl came cuál es el secreto de tu gran fuerza y con qué habr a que atarte para tenerte sujeto'.
Los pr ncipes de los filisteos llevaron a la mujer siete cuerdas de arco frescas y todav a húmedas, y ella misma le ató con ellas.
Hab a en la alcoba hombres apostados en acecho; y ella gritó: '¡Sobre ti los filisteos, Sansón!'. Él rompió las cuerdas como si fueran hilos de estopa consumidos por el fuego. As que no dio a conocer el secreto de su fuerza.
Dijo entonces Saúl a Mical: '¿Por qué me has enga ado as y has dejado escapar a mi enemigo para que se salve?'. Respondió Mical a Saúl: 'El me dijo: 'Déjame escapar o te mato''.
Preguntaba Aqu s: '¿Dónde habéis hecho hoy la incursión?'. Y respond a David: 'Hacia el Negueb de Judá, hacia el Negueb de los yerajmeelitas, hacia el Negueb de los quenitas'.