Jueces 16:5 - Biblia Castilian 2003 Los pr ncipes de los filisteos fueron donde ella y le dijeron: 'Sedúcelo y averigua cuál es el secreto de su gran fuerza, y cómo podr amos nosotros con él, para atarlo y tenerlo sujeto. Te dar amos cada uno mil cien siclos de plata'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata. Biblia Nueva Traducción Viviente Los gobernantes de los filisteos fueron a verla y le dijeron: «Seduce a Sansón para que te diga qué lo hace tan fuerte, y cómo es posible dominarlo y atarlo sin que se suelte. Luego, cada uno de nosotros te dará mil cien piezas de plata». Biblia Católica (Latinoamericana) Los jefes de los filisteos fueron a verla y le dijeron: 'Sedúcelo con tus encantos y trata de averiguar de dónde le viene esa fuerza tan grande y cómo podríamos dominarlo, amarrarlo y domarlo. Cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata'. La Biblia Textual 3a Edicion Y los jefes de los filisteos fueron a ella y le dijeron: Sedúcelo para ver en qué consiste su gran fuerza, y cómo podríamos dominarlo, para atarlo y sujetarlo, y cada uno de nosotros te dará mil cien piezas de plata. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los príncipes de los filisteos fueron donde ella y le dijeron: 'Sedúcelo y averigua cuál es el secreto de su gran fuerza, y cómo podríamos nosotros con él, para atarlo y tenerlo sujeto. Te daríamos cada uno mil cien siclos de plata'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale y mira en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo atormentemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien piezas de plata. |
para hacer el mal están prontas sus manos, por hacer el bien el pr ncipe exige paga, el juez juzga por recompensa, el grande sigue su propio capricho: todos tejen sus tramas.
y les dijo '¿Cuánto me queréis dar, y yo os lo entregaré?'. Ellos le fijaron treinta monedas de plata.
desde Sijor, que está frente a Egipto, hasta la frontera de Ecrón, al norte, que se considera de los cananeos; más los cinco pr ncipes filisteos: el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón; además, los avitas,
Al séptimo d a dijeron a la mujer de Sansón: 'Convence a tu marido para que nos declare el acertijo, de lo contrario prenderemos fuego a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis invitado para desvalijarnos?'.
Después de esto, se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila.
Dalila dijo a Sansón: 'Expl came cuál es el secreto de tu gran fuerza y con qué habr a que atarte para tenerte sujeto'.
Éste dijo a su madre: 'Los mil cien siclos de plata que te han sido hurtados y por los que lanzabas maldiciones que has hecho llegar a mis o dos, los tengo yo; yo los hab a tomado'. Dijo entonces su madre: '¡Bendito, tú, hijo m o, ante Yahveh!'.
los cinco pr ncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jiveos que habitan la monta a del L bano, desde el monte Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.
Llamó entonces Aqu s a David y le dijo: 'Por vida de Yahveh, que tú eres leal y que me gustar a verte entrar y salir conmigo en el campamento, pues nada malo he hallado en ti desde el d a en que viniste a m hasta hoy. Pero no eres grato a los ojos de los jefes.