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Jueces 16:4 - Biblia Castilian 2003

Después de esto, se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tiempo después, Sansón se enamoró de una mujer llamada Dalila, que vivía en el valle de Sorec.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después de eso se juntó con una mujer del valle de Sorec que se llamaba Dalila.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Después de esto sucedió que se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de esto, se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

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Lòt tradiksyon



Jueces 16:4
9 Referans Kwoze  

El rey Salomón, además de la hija del Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas,


¿Acaso no fue por esto por lo que pecó Salomón, rey de Israel? Entre tantas naciones, no hubo rey como él. Fue amado de su Dios, y Dios lo constituyó rey de todo Israel. Pero también a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.


Fosa profunda es la boca de la extra a: el odiado por Yahveh caerá en ella.


Fosa profunda es la cortesana; pozo angosto, la extranjera.


Como el perro vuelve a su vómito, as el necio vuelve a su necedad.


Aunque machaques al necio en el mortero con la maza de moler el grano, no se apartará de él su necedad.


Estos acontecimientos ten an sentido figurativo para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos.


Sansón estuvo durmiendo hasta la media noche. Luego, a media noche, se levantó, aferró las dos hojas de la puerta de la ciudad junto con las dos jambas y el cerrojo, las arrancó; se las echó sobre los hombros y las subió a la cima de la colina que está frente a Hebrón.


Los pr ncipes de los filisteos fueron donde ella y le dijeron: 'Sedúcelo y averigua cuál es el secreto de su gran fuerza, y cómo podr amos nosotros con él, para atarlo y tenerlo sujeto. Te dar amos cada uno mil cien siclos de plata'.