¡Oh Dios nuestro! ¿No harás tú justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuerza frente a una muchedumbre tan grande como ésa que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pero hacia ti volvemos nuestros ojos'.
Jueces 16:28 - Biblia Castilian 2003 Sansón invocó a Yahveh y exclamó: '¡Se or m o, Yahveh, acuérdate de m y dame fuerzas sólo por esta vez, oh Dios, para que yo pueda de una vez vengarme de los filisteos por lo de mis ojos!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Sansón oró al Señor: «Señor Soberano, acuérdate de mí otra vez. Oh Dios, te ruego que me fortalezcas solo una vez más. Con un solo golpe, déjame vengarme de los filisteos por la pérdida de mis dos ojos». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Sansón invocó a Yavé y le dijo: '¡Por favor, Señor Yavé! Acuérdate de mí y dame fuerza por última vez. ¡Quisiera hacerles pagar a los filisteos mis dos ojos de un solo golpe!' La Biblia Textual 3a Edicion Sansón entonces invocó a YHVH y exclamó: ¡YHVH Señor mío, te ruego que te acuerdes de mí! ¡Dame fuerza sólo esta vez, oh ’Elohim, para que con una sola venganza me vengue de los filisteos por mis dos ojos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sansón invocó a Yahveh y exclamó: '¡Señor mío, Yahveh, acuérdate de mí y dame fuerzas sólo por esta vez, oh Dios, para que yo pueda de una vez vengarme de los filisteos por lo de mis ojos!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Sansón clamó a Jehová, y dijo: Oh Señor Jehová, te ruego que te acuerdes de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos, por mis dos ojos. |
¡Oh Dios nuestro! ¿No harás tú justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuerza frente a una muchedumbre tan grande como ésa que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pero hacia ti volvemos nuestros ojos'.
Por tu lealtad, suprime a mi enemigo, destruye al que me acosa, pues yo soy tu servidor.
Él me invoca y yo lo atiendo, en la angustia estoy con él para librarle y ponerlo en dignidad.
Tú lo sabes, Yahveh: acuérdate de m y cu dame, véngame de mis perseguidores. No me dejes perecer a causa de tu paciencia, sabe que por ti soporto ultrajes.
Hasta las ra ces de los montes descend, los cerrojos de la tierra se cerraban por siempre sobre m. Mas tú sacaste mi vida de la fosa, Yahveh, Dios m o.
Alejandro, el herrero, me ha perjudicado mucho: el Se or le dará lo merecido por sus obras.
¿Y para qué seguir? Tiempo me faltar a si tuviera que contar lo ocurrido a Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas,
Y clamaron con gran voz, diciendo: '¿Hasta cuándo, oh Soberano, santo y veraz, estarás sin juzgar a los que moran sobre la tierra y sin vengar nuestra sangre?'.
Sintió luego mucha sed, por lo que invocó a Yahveh diciendo: 'Tú has concedido a tu siervo esta gran victoria; pero ¿voy ahora morir de sed, y a caer en manos de los incircuncisos?'.
Estaba el edificio lleno de hombres y de mujeres, pues se hallaban all todos los pr ncipes de los filisteos. En la terraza hab a unas tres mil personas entre hombres y mujeres, disfrutando de la diversión que les produc a Sansón.
Y palpando las dos columnas centrales que sosten an el edificio, se apoyó en ellas, en una con la mano derecha y en la otra con la izquierda.
Perezcan as todos tus enemigos, oh Yahveh! ¡Y sean sus amigos como el salir del sol con todo su esplendor!'. Y el pa s quedó tranquilo durante cuarenta a os.