Salió entonces el rey de Israel y batió a la caballer a y a los carros. Con ello infligió a Aram una gran derrota.
Jueces 11:33 - Biblia Castilian 2003 los derrotó desde Aroer hasta la entrada de Minit - veinte pueblos - y hasta Abel Queram n. Fue una aplastante derrota. Y as los amonitas quedaron humillados ante los israelitas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Aplastó a los amonitas, devastó unas veinte ciudades desde Aroer hasta una zona cerca de Minit, y desde allí hasta Abel-keramim. De esa forma, Israel derrotó a los amonitas. Biblia Católica (Latinoamericana) Los persiguió desde Aroer hasta los alrededores de Minit, apoderándose de veinte pueblos, y hasta Abel-Queramim. Los amonitas sufrieron una derrota muy grande y en adelante quedaron sometidos a los israelitas. La Biblia Textual 3a Edicion Y les provocó una muy grande derrota desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte villas, y hasta la vega de las viñas. Así fueron humillados los hijos de Amón ante los hijos de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 los derrotó desde Aroer hasta la entrada de Minit -veinte pueblos- y hasta Abel Queramín. Fue una aplastante derrota. Y así los amonitas quedaron humillados ante los israelitas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hirió de grandísimo estrago desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades; y hasta la vega de las viñas. Así fueron sometidos los hijos de Amón delante de los hijos de Israel. |
Salió entonces el rey de Israel y batió a la caballer a y a los carros. Con ello infligió a Aram una gran derrota.
Judá y el pa s de Israel traficaban contigo; abastec an tu comercio de trigo de Minit, mijo, miel, aceite y bálsamo.
Los gaditas reconstruyeron las ciudades fortificadas de Dibón, Atarot y Aroer,
Desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, y desde la ciudad que da sobre el torrente mismo, hasta Galaad, no hubo ciudad que nos pudiera resistir. Yahveh, nuestro Dios, nos las entregó todas.
Avanzó luego Jefté hacia los amonitas para atacarlos. Yahveh se los entregó en sus manos y