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Juan 8:52 - Biblia Castilian 2003

Dijéronle los jud os: 'Ahora s que estamos seguros de que estás endemoniado. Murió Abrahán y los profetas. Y tú dices: 'El que guarda mi palabra, no experimentará la muerte jamás'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Ahora estamos convencidos de que estás poseído por un demonio —dijo la gente—. Hasta Abraham y los profetas murieron, pero tú dices: “¡El que obedezca mi enseñanza nunca morirá!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los judíos replicaron: 'Ahora sabemos que eres víctima de un mal espíritu. Abrahán murió y también los profetas, ¿y tú dices: 'Quien guarda mi palabra jamás probará la muerte'?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los judíos entonces le dijeron: Ahora sabemos que tienes demonio. Abraham murió, también los profetas; y tú dices: Si alguno guarda mi palabra, de ningún modo verá muerte eterna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijéronle los judíos: 'Ahora sí que estamos seguros de que estás endemoniado. Murió Abrahán y los profetas. Y tú dices: 'El que guarda mi palabra, no experimentará la muerte jamás'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, jamás probará muerte.

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Lòt tradiksyon



Juan 8:52
14 Referans Kwoze  

Porque llegó Juan, que ni come ni bebe, y dicen: 'Está endemoniado'.


Y éste es el testimonio de Juan, cuando los jud os le enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?'.


Jesús le contestó: 'Si uno me ama, guardará mi palabra, mi Padre lo amará y vendremos a él para fijar morada en él.


Acordaos de la palabra que os he dicho: el esclavo no es mayor que su se or. Si a m me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, guardarán también la vuestra.


'He manifestado tu nombre a los que, sacándolos del mundo, me entregaste. Tuyos eran, pero me los diste a m; y ellos han guardado tu palabra.


Respondió la multitud: '¡Te has vuelto loco! ¿Quién pretende matarte?'.


Dec an los jud os: '¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: 'A donde yo voy, no podéis venir vosotros?'.


Los jud os le respondieron: '¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?'.


De verdad os aseguro: el que guarda mi palabra no verá la muerte jamás'.


pero al que no conocéis. En cambio, yo s lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser a, al igual que vosotros, un embustero. Pero s lo conozco y guardo su palabra.


Llamaron por segunda vez al hombre que hab a sido ciego y le dijeron: 'Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador'.


Todos éstos murieron dentro de la fe, sin haber recibido las cosas prometidas, sino viéndolas y saludándolas desde lejos, y confesando que eran extranjeros y forasteros sobre la tierra.


Pero a aquel que fue puesto en nivel apenas inferior al de los ángeles, a Jesús, lo contemplamos coronado de gloria y honor por los padecimientos de su muerte, de suerte que, por la gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos.