no sea que se enoje y perdáis vuestros caminos, pues su ira se enciende en un momento. ¡Dichosos los que en él buscan abrigo!
Juan 5:23 - Biblia Castilian 2003 a fin de que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. Biblia Nueva Traducción Viviente a fin de que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo ciertamente tampoco honra al Padre que lo envió. Biblia Católica (Latinoamericana) para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo ha enviado. La Biblia Textual 3a Edicion para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra° al Hijo, no honra al Padre que lo envió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 a fin de que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió. Biblia Reina Valera Gómez (2023) para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. |
no sea que se enoje y perdáis vuestros caminos, pues su ira se enciende en un momento. ¡Dichosos los que en él buscan abrigo!
Yo, Yahveh, éste es mi nombre: mi gloria a otro no cedo, ni mi honor a los dolos.
As dice Yahveh, Rey de Israel, su redentor, Yahveh Sebaot: 'Soy el primero y el último, y fuera de m no hay ningún dios.
¡Anunciad y proponed! ¡Que unos a otros se aconsejen! ¿Quién declaró esto desde anta o o lo anunció desde hace tiempo? ¿No he sido yo, Yahveh? Pues no hay más dioses que yo. No existe fuera de m un dios justo y salvador.
Salta de gozo, hija de Sión, da gritos de júbilo, hija de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti: es justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de un asna.
El que ama a su padre o a su madre más que a m, no es digno de m; y el que ama a su hijo o a su hija más que a m, no es digno de m;
Todo me lo ha confiado mi Padre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo.
Id, pues, y haced disc pulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp ritu Santo
Quien a vosotros escucha, a m me escucha; y quien a vosotros desprecia, a m me desprecia. Pero quien me desprecia a m, desprecia a aquel que me ha enviado'.
'Que no se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, pues creed también en m.
Pues todo lo m o es tuyo, y lo tuyo, m o; y en ellos quedo yo glorificado.
A todos los amados de Dios que estáis en Roma, llamados a ser pueblo santo: gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Se or Jesucristo.
Y también dice Isa as: La ra z de Jesé se erguirá y el que surge para gobernar las naciones. ¡En Él pondrán las naciones su esperanza!
Mientras que ahora, emancipados del pecado y convertidos en esclavos de Dios, tenéis por fruto vuestro la justificación y, como final, vida eterna.
Pero vosotros no viv s según la carne, sino según el esp ritu, puesto que el Esp ritu de Dios habita en vosotros. Si alguno no tiene el Esp ritu de Cristo, este tal no pertenece a Cristo.
gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Se or Jesucristo.
As, pues, ya comáis ya bebáis, ya hagáis cualquiera otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Esp ritu Santo que está en vosotros, que lo habéis recibido de Dios y que no os pertenecéis a vosotros mismos?
Tuvimos dentro de nosotros mismos la sentencia de muerte para que no confiemos en nosotros mismos, sino en el Dios que resucita a los muertos.
Pues el amor de Cristo nos apremia cuando pensamos que uno murió por todos. Por consiguiente, todos murieron.
como que Dios es quien en Cristo estaba reconciliando consigo el mundo, sin tomar en cuenta a los hombres sus faltas, y quien puso en nosotros el mensaje de la reconciliación.
¡La gracia sea con todos los que aman con voluntad inalterable a nuestro Se or Jesucristo!
Por esta misma causa soporto yo mi situación actual. Pero no me avergüenzo, porque sé perfectamente de quién me he fiado, y estoy seguro del poder que tiene para guardar hasta aquel d a el depósito que se me confió.
Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.
Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo:
Creced en gracia y conocimiento de nuestro Se or y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y para el d a de la eternidad. [Amén.]
Quien niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. Quien confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
Quien se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no tiene a Dios. El que permanece en la doctrina, éste tiene tanto al Padre como al Hijo.