Salta de gozo, hija de Sión, da gritos de júbilo, hija de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti: es justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de un asna.
Juan 3:17 - Biblia Castilian 2003 Porque Dios no envió su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por su medio. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Biblia Nueva Traducción Viviente Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. La Biblia Textual 3a Edicion Porque Dios no envió al Hijo al mundo para juzgar° al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque Dios no envió su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por su medio. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. |
Salta de gozo, hija de Sión, da gritos de júbilo, hija de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti: es justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de un asna.
La virgen concebirá en su seno, y dará a luz un hijo y le pondrá el nombre de Emmanuel, que significa 'Dios con nosotros'.
Cuidado con despreciar a uno solo de estos peque os; porque os aseguro que sus ángeles en el cielo están viendo constantemente el rostro de mi Padre celestial.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido'.
Al d a siguiente, Juan ve a Jesús que viene hacia él, y entonces dice: 'Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.
¿cómo dec s vosotros, de aquel a quien el Padre ha consagrado y enviado al mundo: 'Tú blasfemas', porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios?'.
Yo bien sab a que me escuchas siempre; pero lo he dicho por esta gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado'.
Que todos sean uno. Como tú, Padre, en m y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, y as el mundo crea que tú me has enviado.
Yo en ellos y tú en m, para que lleguen a ser consumados en uno, y as el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado como tú me has amado a m.'
Padre justo, realmente el mundo no te conoce, pero yo s te conozco; y éstos han conocido que tú me has enviado.
Pues ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.
pues las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han acogido, porque saben realmente que yo sal de ti y han cre do que tú me has enviado.
Entonces les dijo [Jesús] por segunda vez: 'Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, as también os env o yo'.
Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Esp ritu con cicater a.
'Yo tengo un testimonio que es superior al de Juan: las obras que el Padre me ha encomendado llevar a término, estas mismas obras que yo estoy haciendo, dan testimonio en favor m o de que el Padre me ha enviado.
ni tenéis su palabra que permanezca en vosotros, porque no creéis a aquel a quien Él envió.
No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre. Ya hay quien os acuse: Moisés, en quien vosotros tenéis puesta la esperanza.
Jesús les respondió: 'Ésta es la obra de Dios: que creáis en aquel a quien él ha enviado'.
Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el último d a'.
Lo mismo que el Padre que me ha enviado vive, y yo vivo por el Padre, as también el que me come vivirá por m.
Ella respondió: 'Nadie, Se or'. D jole Jesús: 'Pues tampoco yo te condeno; vete, y desde ahora en adelante no peques más'.]
Les respondió Jesús: 'Si Dios fuera vuestro Padre, me amar ais a m, porque yo sal y vengo de Dios; pues no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado.
Él es sacrificio de purificación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo.