Y a mi hijo Salomón concédele un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, preceptos y leyes, los ponga todos por obra y edifique el templo cuyos preparativos yo he hecho'.
Juan 3:10 - Biblia Castilian 2003 Jesús le respondió: '¿Tú eres maestro de Israel, y no lo sabes? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le contestó: —¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas? Biblia Católica (Latinoamericana) Respondió Jesús: 'Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas?' La Biblia Textual 3a Edicion Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no conoces esto? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús le respondió: '¿Tú eres maestro de Israel, y no lo sabes? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? |
Y a mi hijo Salomón concédele un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, preceptos y leyes, los ponga todos por obra y edifique el templo cuyos preparativos yo he hecho'.
Concédeme sentir el gozo y la alegr a, y puedan solazarse estos huesos que tú has quebrantado.
Contra ti, contra ti solo he pecado y hecho el mal ante tus ojos: que aparezcas tú justo en tu palabra y se vea tu razón cuando te juzguen.
Salmo. De Asaf. Dios es bueno, en verdad, con Israel, con los de puro corazón.
Sus centinelas están ciegos, y de nada se enteran, todos ellos son perros mudos, incapaces de ladrar; sue an tumbados, les gusta dormir.
Por eso no tendrá Yahveh compasión de sus jóvenes, no se compadecerá de sus huérfanos y viudas. Pues todos ellos son imp os y malvados y toda boca profiere necedades. Con todo esto, no se calmó su ira, y su mano está aún extendida.
Ésta será la alianza que sellaré con la casa de Israel, después de aquellos d as - oráculo de Yahveh -: Pongo mi ley en su interior y la escribo en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Les daré un solo corazón e infundiré en ellos un esp ritu nuevo; quitaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
En aquella ocasión tomó Jesús la palabra y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Se or del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.
Dejadlos. Son ciegos que gu an a otros ciegos; pero si un ciego gu a a otro ciego, los dos caerán en el hoyo'.
Jesús les respondió: 'Estáis en un error, por desconocer las Escrituras y el poder de Dios.
Y resultó que a los tres d as lo encontraron en el templo, sentado ante los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Un d a, mientras él ense aba, estaban all sentados algunos fariseos y doctores de la ley, que hab an venido de todas las aldeas de Galilea y de Judea y de Jerusalén. Una fuerza del Se or le asist a para curar.
Pero se levantó en el sanedr n un fariseo, llamado Gamaliel, doctor de la Ley, estimado por todo el pueblo, el cual mandó que los hicieran salir por un momento,
Porque no es jud o el que lo es en lo externo, ni es circuncisión la que se ve en lo externo, en la carne.
Circuncidad, pues, vuestros corazones y no endurezcáis más vuestra cerviz.
Yahveh, tu Dios, circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que ames a Yahveh, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y para que as vivas.
Pues la verdadera circuncisión somos nosotros, los que practicamos el culto según el Esp ritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en la carne,
en el cual también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha a mano por despojo del cuerpo carnal, sino por la circuncisión de Cristo,