¡Anunciad y proponed! ¡Que unos a otros se aconsejen! ¿Quién declaró esto desde anta o o lo anunció desde hace tiempo? ¿No he sido yo, Yahveh? Pues no hay más dioses que yo. No existe fuera de m un dios justo y salvador.
Juan 17:25 - Biblia Castilian 2003 Padre justo, realmente el mundo no te conoce, pero yo s te conozco; y éstos han conocido que tú me has enviado. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Biblia Nueva Traducción Viviente »Oh Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco; y estos discípulos saben que tú me enviaste. Biblia Católica (Latinoamericana) Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocía, y éstos a su vez han conocido que tú me has enviado. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh Padre justo! el mundo no te conoció, pero Yo te conocí, y éstos conocieron que Tú me enviaste. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Padre justo, realmente el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco; y éstos han conocido que tú me has enviado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. |
¡Anunciad y proponed! ¡Que unos a otros se aconsejen! ¿Quién declaró esto desde anta o o lo anunció desde hace tiempo? ¿No he sido yo, Yahveh? Pues no hay más dioses que yo. No existe fuera de m un dios justo y salvador.
Todo me lo ha confiado mi Padre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo.
Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: 'Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo'.
Todo me lo ha confiado mi Padre. Y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quiere revelárselo'.
A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios, el que está en el seno del Padre, él es quien lo dio a conocer.
como el Padre me conoce a m y yo conozco al Padre. Yo doy mi vida por las ovejas.
Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
porque el Padre mismo os ama, ya que vosotros me habéis amado y habéis cre do que yo he salido de Dios.
Ahora vemos que todo lo sabes y no necesitas que nadie te pregunte; por eso creemos que has venido de Dios'.
Yo no estoy ya en el mundo; pero ellos se quedan en el mundo, mientras que yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre, en ese nombre que me has dado, para que también ellos, lo mismo que nosotros, sean uno.
Que todos sean uno. Como tú, Padre, en m y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, y as el mundo crea que tú me has enviado.
Yo en ellos y tú en m, para que lleguen a ser consumados en uno, y as el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado como tú me has amado a m.'
Pues ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.
pues las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han acogido, porque saben realmente que yo sal de ti y han cre do que tú me has enviado.
Porque Dios no envió su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por su medio.
Hab an remado ya unos veinticinco o treinta estadios cuando ven a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y tuvieron miedo.
Le preguntan entonces: '¿Dónde está tu Padre?'. Jesús contestó: 'Ni a m me conocéis ni a mi Padre; si a m me conocierais, conocer ais también a mi Padre'.
pero al que no conocéis. En cambio, yo s lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser a, al igual que vosotros, un embustero. Pero s lo conozco y guardo su palabra.
Porque, al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he hallado incluso un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que sin conocer veneráis, es lo que os anuncio yo.
a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en m '.
Y como no se dignaron retener el conocimiento verdadero de Dios, Dios los entregó a la reprobable mentalidad de realizar cosas nefandas:
en el tiempo de la paciencia divina, y a fin de mostrar esta misma justicia en el tiempo presente, para ser él justo y el que justifica a quien tiene fe en Jesús.
Y porque el mundo no conoció, mediante su sabidur a, a Dios en la sabidur a de Dios, quiso Dios salvar, mediante la necedad del mensaje de la predicación, a los que tienen fe.
Despertad de esa modorra, como es justo, y no sigáis pecando; pues ignorancia de Dios es lo que algunos tienen. Para vergüenza vuestra lo digo.
en aquellos incrédulos cuya mente obcecó el dios de este mundo, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios.
en medio de un fuego flameante, para hacer justicia con los que no han reconocido a Dios y no han aceptado el evangelio de nuestro Se or Jesús.
No tendrá ya que ense arse uno a otro, ni una persona a otra, diciéndole: 'Conoce al Se or'; porque todos ellos me conocerán, desde el más peque o al más grande,
Si confesamos nuestros pecados, fiel es y justo para perdonarnos los pecados y para purificarnos de toda iniquidad.
La adorarán todos los habitantes de la tierra, todos aquellos cuyo nombre no está escrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado.
Y o al ángel de las aguas que dec a: 'Justo eres, el que es y el que era, el santo, por haber hecho as justicia.