Después de esto, Abrahán sepultó a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpelá, frente a Mamré, que es Hebrón, en tierra de Canaán.
Juan 11:38 - Biblia Castilian 2003 Jesús, nuevamente conmovido, se acercó al sepulcro, que era una cueva, con una losa puesta encima. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús todavía estaba enojado cuando llegó a la tumba, una cueva con una piedra que tapaba la entrada. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús, conmovido de nuevo en su interior, se acercó al sepulcro. Era una cueva cerrada con una piedra. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús pues, profundamente conmovido otra vez en sí mismo, va al sepulcro. Era una cueva, y una piedra estaba recostada contra ella. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús, nuevamente conmovido, se acercó al sepulcro, que era una cueva, con una losa puesta encima. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. |
Después de esto, Abrahán sepultó a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpelá, frente a Mamré, que es Hebrón, en tierra de Canaán.
que excava su sepulcro en lo alto y labra su morada en la roca: ¿qué tienes aqu o a quién tienes aqu, que aqu te excavas un sepulcro?
Y Yahveh le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y traza una cruz en las frentes de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que en ella se cometen'.
y lo puso en un sepulcro nuevo, de su propiedad, que hab a excavado en la roca. Hizo rodar después una gran piedra hasta la puerta del sepulcro y se fue.
Ellos fueron y, después de sellar la piedra, pusieron el sepulcro bajo la custodia de la guardia.
Éste, después de comprar una sábana, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo depositó en un sepulcro que estaba excavado en una roca; luego hizo rodar una piedra sobre la puerta del sepulcro.
Él, suspirando en su esp ritu, dice: '¿Para qué pedirá esta generación una se al? Os aseguro que a esta generación no se le dará se al alguna'.
Jesús, al ver que ella lloraba y que también lloraban los jud os que hab an venido con ella, se estremeció profundamente y se conmovió.
El primer d a de la semana, muy de ma ana, cuando todav a estaba oscuro, Mar a Magdalena va al sepulcro y ve quitada de él la losa.