Juan 10:28 - Biblia Castilian 2003 Yo les doy vida eterna y nunca jamás perecerán, ni nadie las arrebatará de mis manos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Biblia Nueva Traducción Viviente Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas, Biblia Católica (Latinoamericana) y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano. La Biblia Textual 3a Edicion y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo les doy vida eterna y nunca jamás perecerán, ni nadie las arrebatará de mis manos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. |
pues el Se or ama lo recto y no deja en la brecha a sus amigos. Mientras éstos perduran, la raza del imp o es extirpada. Ain
pues siete veces cae el justo y se levanta, mientras los malvados sucumben a la miseria.
La senda de los justos es como la luz del alba, que aumenta en claridad hasta el pleno d a;
Yo, Yahveh, soy su guardián, a cada instante la riego; para que nadie la da e noche y d a la guardo.
Israel es salvado por Yahveh con salvación eterna. No seréis avergonzados ni abochornados por los siglos de los siglos.
Mas ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, y toda lengua que se alce contra ti en juicio la declararás culpable. Ésta es la herencia de los siervos de Yahveh, y las victorias que les concedo - dice Yahveh -.
Inclinad vuestro o do y venid a m, escuchadme y viviréis. Quiero sellar con vosotros una alianza eterna, las gracias permanentes de David.
Y pondré al frente de ellas pastores que las apacentarán de tal modo que no temerán más ni se asustarán ni se perderá ninguna' - oráculo de Yahveh -.
de lejos se le apareció Yahveh. Con amor eterno te amé por eso te prolongué mi favor.
No tendrá ya que ense arse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: 'Conoced a Yahveh', porque todos ellos me conocerán, desde el más peque o al más grande - oráculo de Yahveh -, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado'.
Sellaré con ellos una alianza eterna, por la que no cesaré de hacerles bien. Infundiré mi temor en su corazón, para que no se aparten de m.
pues surgirán falsos cristos y falsos profetas que harán se ales y prodigios. Para enga ar, si fuera posible, a los elegidos.
Entonces Jesús, clamando con voz potente, dijo: 'Padre, en tus manos conf o yo mi vida'. Y dicho esto, expiró.
Mi Padre, que me las ha confiado, es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de las manos del Padre.
Jesús le respondió: 'Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en m, aunque muera, vivirá;
Dentro de poco, el mundo ya no me verá; pero vosotros me veréis, porque yo sigo viviendo y vosotros viviréis.
ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera vida eterna a todos los que tú le has dado.
para que se cumpliera la palabra que hab a dicho: 'No perd a ninguno de aquellos que me has dado'.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo no gozará de vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.'
pero el que beba del agua que yo le daré, ya no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le daré se convertirá, dentro de él, en manantial de agua que brote para vida eterna'.
De verdad os aseguro: quien escucha mi palabra y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
No trabajéis por conseguir el alimento perecedero, sino el que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque éste es el que el Padre, Dios, ha marcado con su sello'.
Todo lo que el Padre me da vendrá a m; y al que viene a m no lo echaré fuera.
Simón Pedro le respondió: 'Se or, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes palabras de vida eterna!
Mientras apedreaban a Esteban, él oraba diciendo: 'Se or Jesús, recibe mi esp ritu'.
Porque si por la falta de uno solo y por mediación de este solo reinó la muerte en el mundo, con mucha más razón, por medio de uno solo, Jesucristo, reinarán en la vida los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
mediante el cual hemos obtenido [por la fe] incluso el acceso a esta gracia, en la que nos mantenemos firmes, nos sentimos gozosamente seguros en la esperanza de la gloria de Dios.
a fin de que, as como el pecado reinó para la muerte, as también la gracia, mediante la justicia, reine para vida eterna por Jesucristo nuestro Se or.
Con mucha más razón, por consiguiente, ahora que por su sangre hemos sido justificados, seremos salvados de la ira gracias a su mediación.
Porque la paga del pecado es muerte, mientras la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Se or nuestro.
As pues, ahora ya no pesa ninguna condena sobre quienes están en Cristo Jesús.
Porque a los que de antemano conoció, también de antemano los destinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que éste fuera el primogénito entre muchos hermanos.
S; él es el amigo de los pueblos; y todos sus santos están en tu mano. Ellos están postrados a tus pies y se conducen según tus palabras.
con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el d a de Cristo Jesús.
Nosotros, en cambio, debemos dar constantemente gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Se or, porque Dios os ha escogido como primicias para la salvación por la santificación del Esp ritu y por la fe en la verdad.
Pero fui tratado con misericordia, precisamente para que fuera yo el primero en quien Jesucristo demostrará toda su comprensión, hasta convertirme en prototipo de los que hab an de creer en él para vida eterna.
Por esta misma causa soporto yo mi situación actual. Pero no me avergüenzo, porque sé perfectamente de quién me he fiado, y estoy seguro del poder que tiene para guardar hasta aquel d a el depósito que se me confió.
De ah que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos.
que por el poder de Dios habéis sido custodiados, mediante la fe, para la salvación, dispuesta ya a manifestarse en el momento final.
pues la vida se ha manifestado, nosotros la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna que estaba en el Padre y se nos manifestó -:
De nosotros salieron, pero no eran de nosotros. Si hubieran sido de nosotros se habr an quedado con nosotros. Sin embargo, con esto se ha puesto en claro que no todos son de los nuestros.
Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que fueron llamados, amados en Dios Padre y guardados en Jesucristo:
y conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Se or Jesucristo para la vida eterna.
A aquel que puede guardaros sin pecado y presentaros ante su gloria irreprensibles con júbilo;
Él guarda los pasos de sus fieles, mientras que los imp os perecen en tinieblas, porque no por su fuerza triunfa el hombre.