¿Qué tendré que temer el d a de infortunio al cercarme de mal el insidioso?
Juan 1:4 - Biblia Castilian 2003 En ella estaba la vida, y esta vida era la luz de los hombres; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) tenía vida en ella,
y para los hombres la vida era luz. La Biblia Textual 3a Edicion En Él había vida°, y la vida era la luz de los hombres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En ella estaba la vida, y esta vida era la luz de los hombres; Biblia Reina Valera Gómez (2023) En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. |
¿Qué tendré que temer el d a de infortunio al cercarme de mal el insidioso?
En tus atrios un d a vale mil: yo prefiero estar en la puerta de la casa del Se or, que habitar en las tiendas del imp o.
Guiaré a los ciegos por camino que ignoran, por senderos desconocidos los encaminaré. Cambiaré ante ellos la oscuridad en luz, y lo escabroso en llanura. Éstas son las cosas que haré y no las abandonaré.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; para aquellos que yac an en región y sombra de muerte una luz amaneció.
Jesús le respondió: 'Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en m, aunque muera, vivirá;
Jesús les respondió: 'Todav a por un poco de tiempo estará entre vosotros la luz. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas, pues el que camina en las tinieblas no sabe adónde va.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que nadie que crea en m quede en tinieblas.
Respóndele Jesús: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre, sino por m.
Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Pues lo mismo que el Padre resucita a los muertos devolviéndoles la vida, as también el Hijo da vida a los que quiere.
Porque del mismo modo que el Padre posee vida por s mismo, as también concedió al Hijo el poseerla por s mismo.
Jesús les habló de nuevo: 'Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida'.
que el Cristo habr a de padecer, que ser a el primero en resucitar de entre los muertos y que anunciar a la luz al pueblo y a las naciones'.
As está escrito: El primer hombre, Adán, fue ser viviente; el último Adán, esp ritu vivificante.
Por eso se dice: 'Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y brillará sobre ti Cristo'.
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados juntamente con él, en gloria.
Lo que era desde el principio, lo que hemos o do, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que nuestras manos han palpado acerca de la Palabra de la vida -
pues la vida se ha manifestado, nosotros la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna que estaba en el Padre y se nos manifestó -:
Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
Me mostró luego un r o de agua de vida, resplandeciente como cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero.
Yo, Jesús, he enviado mi ángel para que testifique estas cosas acerca de las Iglesias. Yo soy el reto o y el linaje de David, el lucero brillante de la ma ana.