Perdonó el rey a Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del juramento por Yahveh que hab a entre David y Jonatán, hijo de Saúl.
Josué 9:18 - Biblia Castilian 2003 Los israelitas no los atacaron a causa del juramento que los jefes de la comunidad les hab an hecho en nombre de Yahveh, Dios de Israel; pero toda la comunidad murmuró contra los jefes. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y no los mataron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, como los líderes israelitas habían hecho un voto en el nombre del Señor, Dios de Israel, no atacaron a ninguna de las ciudades gabaonitas. Entonces el pueblo de Israel se quejó contra sus líderes por causa del tratado. Biblia Católica (Latinoamericana) Los israelitas no los mataron porque los jefes de la comunidad les habían hecho un juramento en nombre de Yavé, el Dios de Israel, pero toda la comunidad murmuró contra los jefes. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hijos de Israel no los hirieron porque los jefes de la comunidad les habían hecho juramento por YHVH, Dios de Israel. Y toda la comunidad murmuró contra los jefes, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los israelitas no los atacaron a causa del juramento que los jefes de la comunidad les habían hecho en nombre de Yahveh, Dios de Israel; pero toda la comunidad murmuró contra los jefes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y no los hirieron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes. |
Perdonó el rey a Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del juramento por Yahveh que hab a entre David y Jonatán, hijo de Saúl.
que en sus ojos desprecia al reprobado y estima a los que temen al Se or; que, si jura, ni aun en su da o se retracta;
De los muchos afanes nacen los sue os, y de las muchas palabras las necedades.
A más afanes más sue os, y más palabras más vanidades. Pero tú teme a Dios.
vanidad. Todos corren la misma suerte: el justo y el imp o, el bueno y el malvado, el puro y el impuro, el que sacrifica y el que no sacrifica. Lo mismo es del bueno que del pecador, del que jura como del que teme jurar.
si un hombre hace voto a Yahveh, o mediante juramento se impone a s mismo una obligación, no violará su palabra; deberá cumplir todo lo que haya prometido.
Si haces un voto a Yahveh, tu Dios, no dilates su cumplimiento; pues Yahveh, tu Dios, te pedirá ciertamente cuenta de ello y te cargar as con un pecado.
pero cumplirás la palabra salida de tus labios y pondrás por obra lo que has prometido voluntariamente a Yahveh, tu Dios, la promesa salida de tus propios labios.
En efecto, los israelitas se hab an puesto en camino y al tercer d a llegaron a sus ciudades: Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Year n.
Entonces todos los jefes declararon a la comunidad en pleno: 'Nosotros les hemos jurado por Yahveh, Dios de Israel; por eso no podemos tocarlos.