Cuando Rubén volvió a la cisterna y vio que José no estaba en ella, rasgó sus vestiduras
Josué 7:6 - Biblia Castilian 2003 Entonces Josué rasgó sus vestiduras y cayó rostro en tierra ante el arca de Yahveh hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, y esparcieron polvo sobre sus cabezas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Josué y los ancianos de Israel rasgaron sus ropas en señal de aflicción, se echaron polvo sobre la cabeza y se inclinaron rostro en tierra ante el arca del Señor hasta que cayó la tarde. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Josué rasgó su ropa y estuvo postrado con el rostro en tierra ante el Arca de Yavé hasta la tarde. El y los ancianos de Israel se echaron polvo en sus cabezas. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Josué rasgó sus vestidos, y cayó sobre su rostro en tierra ante el Arca° de YHVH hasta la tarde, él y los ancianos de Israel, y se echaron polvo sobre sus cabezas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Josué rasgó sus vestiduras y cayó rostro en tierra ante el arca de Yahveh hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, y esparcieron polvo sobre sus cabezas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Josué rompió sus vestiduras, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. |
Cuando Rubén volvió a la cisterna y vio que José no estaba en ella, rasgó sus vestiduras
Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se vistió de saco e hizo duelo por su hijo muchos d as.
David echó mano a sus vestidos y los rasgó; y lo mismo hicieron todos los que estaban con él.
Luego hicieron duelo con lloros y ayunos hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Yahveh y por la casa de Israel, porque hab an ca do al filo de la espada.
al tercer d a llegó del campamento de Saúl un hombre con los vestidos desgarrados y cubierta de polvo la cabeza. Al acercarse a David, se echó a tierra y se postró ante él.
Rogó David a Dios por el ni o, ayunaba con rigor y pasaba las noches acostado en el suelo.
Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y rasgó su larga túnica de mangas, se cubrió la cabeza con las manos y se fue dando gritos.
El rey se levantó, rasgó sus vestiduras y se postró en tierra; y todos los servidores que le acompa aban rasgaron también sus vestiduras.
Mientras Esdras oraba, llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó en torno a él un concurso muy numeroso de israelitas: hombres, mujeres y ni os. El pueblo lloraba muy copiosamente.
El d a veinticuatro de aquel mismo mes se reunieron los israelitas para un ayuno, vestidos de saco y cubiertos de polvo.
En cada una de las provincias, all donde llegaban la orden y el decreto del rey, hab a entre los jud os gran duelo y ayuno y llanto y lamentaciones; y muchos se acostaban sobre sayal y ceniza.
Entonces Job se levantó, rasgó sus vestiduras y se rasuró la cabeza. Luego, se echó en tierra, se postró
Desde lejos alzaron la vista y no lo reconocieron. Entonces rompieron a llorar, se rasgaron las vestiduras y arrojaron polvo sobre sus cabezas.
En tierra están, sentados y mudos, Yod los ancianos de la hija de Sión; echaron ceniza sobre sus cabezas, se ci eron de saco; bajaron la cabeza hasta el suelo las doncellas de Jerusalén.
Pero, Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefoné, que estaban entre los que hab an explorado el pa s, rasgaron sus vestidos,
Cayeron ellos rostro en tierra y exclamaron: '¡Oh Dios! Dios que da vida a toda carne, ¿no es uno el que pecó? ¿Por qué has de enojarte contra toda la comunidad?'.
Al o r esto, los apóstoles Bernabé y Pablo rasgaron sus vestiduras y se lanzaron a la multitud,
Dec a Josué: '¡Ay, Se or m o, Yahveh! ¿Por qué has hecho que este pueblo pasara a este lado del Jordán, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá hubiéramos decidido quedarnos al otro lado del Jordán!
Echaron polvo sobre sus cabezas y gritaban llorando y lamentándose, diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, de cuya opulencia se enriquecieron cuantos ten an las naves en el mar! Porque en una hora quedó desierta.
Al verla, rasgó él sus vestiduras y exclamó: '¡Ay, hija m a! ¡Tú misma me hundes! ¡Tú me has destrozado! Porque yo pronuncié un voto ante Yahveh y no puedo retractarme'.
Porque los israelitas hab an subido a lamentarse delante de Yahveh hasta la tarde y hab an consultado: '¿Hemos de volver a pelear con los benjaminitas, nuestros hermanos?'. Y Yahveh les hab a respondido: 'Subid contra ellos'.
Subieron entonces todos los israelitas, todo el pueblo, a Betel a lamentarse; y permanecieron all en presencia de Yahveh, ayunaron aquel d a hasta el atardecer y ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión ante Yahveh.
Vino luego el pueblo a Betel, donde permaneció en presencia de Dios hasta la tarde, llorando amargamente a voz en grito y
Un hombre de Benjam n salió corriendo del campo de batalla y llegó aquel mismo d a a Siló con los vestidos rasgados y la cabeza cubierta de polvo.