Josué 6:15 - Biblia Castilian 2003 El séptimo d a, se levantaron al romper el alba y, siguiendo el mismo orden, dieron siete vueltas a la ciudad. Solamente aquel d a dieron siete veces la vuelta a la ciudad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces. Biblia Nueva Traducción Viviente El séptimo día, los israelitas se levantaron al amanecer y marcharon alrededor de la ciudad como lo habían hecho los días anteriores; pero esta vez, dieron siete vueltas alrededor de la ciudad. Biblia Católica (Latinoamericana) El séptimo día, cuando despuntaba el alba, se dieron siete vueltas alrededor de la ciudad. La Biblia Textual 3a Edicion El séptimo día se levantaron al rayar el alba, y rodearon la ciudad de la misma manera, siete veces. Sólo en aquel día rodearon la ciudad siete veces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El séptimo día, se levantaron al romper el alba y, siguiendo el mismo orden, dieron siete vueltas a la ciudad. Solamente aquel día dieron siete veces la vuelta a la ciudad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que en el séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de la ciudad siete veces. |
Pasado ya el sábado, cuando despuntaba el alba del primer d a de la semana, Mar a Magdalena y la otra Mar a fueron a ver el sepulcro.
Por la fe cayeron las murallas de Jericó después de un cerco de siete d as.
Josué se levantó muy de ma ana, partieron de Sit n y llegaron hasta el Jordán, él y todos los israelitas. All pernoctaron antes de atravesarlo.
El segundo d a dieron otra vuelta a la ciudad y después retornaron al campamento. As hicieron durante seis d as.
Al dar la séptima vuelta tocaron los sacerdotes las trompetas y Josué dijo al pueblo: '¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os entrega la ciudad!
Nos confirma as la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el d a y salga el lucero de la ma ana en vuestro corazón.