Emprendieron la fuga los israelitas ante Judá y Dios los entregó en sus manos.
Josué 21:44 - Biblia Castilian 2003 Además, Yahveh les concedió tranquilidad en derredor, conforme a todo lo que hab a jurado a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, pues Yahveh entregó en sus manos a todos sus enemigos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. Biblia Nueva Traducción Viviente Y el Señor les dio descanso en todo el territorio, tal como se lo había prometido solemnemente a los antepasados de ellos. Ningún enemigo pudo hacerles frente, porque el Señor los ayudó a conquistar a todos sus enemigos. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé les concedió la paz en todas sus fronteras, tal como lo había jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente. Yavé puso en sus manos a todos sus enemigos. La Biblia Textual 3a Edicion Y YHVH les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había prometido con juramento a sus padres. Ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, sino que YHVH entregó a todos sus enemigos en sus manos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Además, Yahveh les concedió tranquilidad en derredor, conforme a todo lo que había jurado a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, pues Yahveh entregó en sus manos a todos sus enemigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres: y ninguno de todos los enemigos les paró delante, sino que Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. |
Emprendieron la fuga los israelitas ante Judá y Dios los entregó en sus manos.
Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el R o. Pondré en tu mano a los habitantes del pa s y los arrojaré de tu presencia.
Como ganado que baja al valle, el esp ritu de Yahveh los llevaba al descanso. As guiaste a tu pueblo, haciéndote un nombre glorioso.
Desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, y desde la ciudad que da sobre el torrente mismo, hasta Galaad, no hubo ciudad que nos pudiera resistir. Yahveh, nuestro Dios, nos las entregó todas.
Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y Yahveh, tu Dios, los ponga en tu mano y los hagas prisioneros,
'Acordaos de la orden que os dio Moisés, siervo de Yahveh, cuando os dijo: 'Yahveh, vuestro Dios os ha concedido el descanso al entregaros este pa s'.
hasta que Yahveh conceda el descanso a vuestros hermanos, como os lo ha concedido ya a vosotros, cuando también ellos hayan ocupado la tierra que Yahveh, vuestro Dios, les va a dar. Después podréis volver al pa s de vuestra heredad para poseerlo, el que os dio Moisés, siervo de Yahveh, al lado de acá del Jordán, al oriente'.
Nadie podrá hacerte frente en todos los d as de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
Se apoderó Josué de todos estos reinos y de todos sus reyes; los mató a filo de espada y los entregó al anatema, como hab a dispuesto Moisés, siervo de Yahveh.
As conquistó Josué todo el pa s, tal como hab a dicho Yahveh a Moisés, y lo entregó en heredad a Israel, distribuyéndolo entre las tribus. Y el pa s descansó de la guerra.
Yahveh los entregó en manos de Israel. Los derrotaron y persiguieron hasta Sidón la Grande, hasta Misrefot Máin y, por el oriente, hasta el valle de Mispá. Los batieron sin dejar supervivientes.
Dijeron, pues, a Josué: 'Ciertamente Yahveh entrega en nuestras manos todo ese pa s, pues todos los moradores están temblando ante nuestra presencia'.
Ahora, pues, que Yahveh, vuestro Dios, ha concedido tranquilidad a vuestros hermanos, como les hab a prometido, podéis volveros a vuestras tiendas, a la tierra que ocupáis, la que os dio Moisés, siervo de Yahveh, al otro lado del Jordán.
Volviéronse, pues, los rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés, y dejaron a los israelitas en Siló, en la tierra de Canaán, para encaminarse al pa s de Galaad, a la tierra de su posesión, donde se hab an instalado según la orden de Yahveh, transmitida por medio de Moisés.
Pasado ya mucho tiempo desde que Yahveh concedió a Israel tranquilidad por parte de todos sus enemigos de alrededor, siendo Josué ya viejo y de edad avanzada,