Les dijo entonces Eliseo: 'No es éste el camino, ni es ésta la ciudad. Seguidme y os guiaré a donde está el hombre que buscáis'. Y los llevó a Samar a.
Josué 2:4 - Biblia Castilian 2003 Pero la mujer tomó a los dos hombres, los escondió y dijo luego: 'Es cierto que han llegado a mi casa unos hombres, pero yo no sab a de dónde eran. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran. Biblia Nueva Traducción Viviente Rahab, quien había escondido a los dos hombres, respondió: «Es cierto, los hombres pasaron por aquí, pero yo no sabía de dónde venían. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero la mujer escondió a los hombres y respondió: 'Esos hombres que llegaron a mi casa' La Biblia Textual 3a Edicion Pero la mujer ya había tomado a los dos hombres y los había ocultado. Ella pues respondió: Verdad es que los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero la mujer tomó a los dos hombres, los escondió y dijo luego: 'Es cierto que han llegado a mi casa unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero la mujer había tomado los dos hombres, y los había escondido; y dijo: Verdad que hombres vinieron a mí, mas no supe de dónde eran. |
Les dijo entonces Eliseo: 'No es éste el camino, ni es ésta la ciudad. Seguidme y os guiaré a donde está el hombre que buscáis'. Y los llevó a Samar a.
Respondieron las parteras al Faraón: 'Es que las hebreas no son como las mujeres egipcias. Son más vigorosas y dan a luz antes que llegue la partera'.
Lo mismo Rajab, la prostituta, ¿no se justificó por las obras al recibir a los mensajeros y al hacerlos salir por otro camino?
Entonces el rey de Jericó envió este mensaje a Rajab: 'Haz salir a los hombres que han venido a ti, los que han entrado en tu casa, pues han venido a explorar todo el pa s'.
Cuando al anochecer se iba a cerrar la puerta, esos hombres salieron y no sé adónde han ido; daos prisa en perseguirlos y seguramente los alcanzaréis'.
La ciudad será dada como anatema en honor de Yahveh, ella y todo lo que hay en ella. Sólo quedará con vida Rajab, la meretriz, ella y los que con ella estén en casa, porque escondió a los emisarios que hab amos enviado.
Josué perdonó la vida a Rajab, la meretriz, y a la casa de su padre, con todo lo que pose an, y ella vivió en medio de Israel hasta el d a de hoy, por haber escondido a los emisarios que Josué hab a enviado para explorar Jericó.