As que Jehú hizo matar a todos los que quedaban de la casa de Ajab en Yizreel: a todos sus magnates, a sus familiares y a sus sacerdotes, sin dejar ni un solo superviviente.
Josué 10:39 - Biblia Castilian 2003 Se apoderó de ella y de su rey, as como de todas sus ciudades, a las que pasó a filo de espada y las entregó al anatema con todos sus habitantes, sin dejar supervivientes, como hab a hecho con Hebrón y Libná y con sus reyes. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y la tomó, y a su rey, y a todas sus ciudades; y las hirieron a filo de espada, y destruyeron todo lo que allí dentro tenía vida, sin dejar nada; como había hecho a Hebrón, y como había hecho a Libna y a su rey, así hizo a Debir y a su rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Josué tomó la ciudad con su rey y todas las aldeas vecinas. Destruyó por completo a todos sus habitantes y no dejó a nadie con vida. Hizo a Debir y a su rey lo mismo que les había hecho a Hebrón, a Libna y a su rey. Biblia Católica (Latinoamericana) Se apoderó de la ciudad, de su rey y de todas las ciudades que dependían de él. Las pasó a cuchillo y lanzó el anatema sobre todos los habitantes sin dejar un solo sobreviviente. Trató a Debir y a su rey como había tratado a Hebrón y como había tratado a Libna y a su rey. La Biblia Textual 3a Edicion Se apoderó de ella y de su rey, y de todas sus poblaciones, y los hirieron a filo de espada y destruyeron toda persona que había en ella, sin quedar sobreviviente. Como había hecho con Hebrón, así hizo con Debir y su rey, y con Libna y su rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se apoderó de ella y de su rey, así como de todas sus ciudades, a las que pasó a filo de espada y las entregó al anatema con todos sus habitantes, sin dejar supervivientes, como había hecho con Hebrón y Libná y con sus reyes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y la tomó, y a su rey, y a todas sus ciudades; y los hirieron a filo de espada, y destruyeron todas las almas que había en ella, sin quedar nada; como había hecho a Hebrón, así hizo a Debir y a su rey; y como había hecho a Libna y a su rey. |
As que Jehú hizo matar a todos los que quedaban de la casa de Ajab en Yizreel: a todos sus magnates, a sus familiares y a sus sacerdotes, sin dejar ni un solo superviviente.
La casa de Jacob será un fuego, la casa de José será una llama y la casa de Esaú como estopa: les prenderán fuego y los devorarán. No quedará un superviviente de la casa de Esaú. ¡Es Yahveh quien lo ha dicho!
Yahveh, nuestro Dios, entregó también en nuestro poder a Og, rey de Basán, y a todo su ejército, y lo derrotamos hasta no dejar a ninguno con vida.
Subió entonces Horán, rey de Guézer, en ayuda de Laquis; pero Josué lo derrotó, a él y a su ejército, sin dejar supervivientes.
Se apoderaron de ella y la pasaron a filo de espada, as como a su rey; y lo mismo hicieron con sus ciudades y con cuantas personas en ellas hab a, sin dejar supervivientes: todo conforme a lo que hab a hecho con Eglón. La entregó al anatema, a ella y a todas las personas que en ella hab a.
As fue dominando Josué todo el pa s: la monta a, el Negueb, la llanura, las vertientes, con todos sus reyes, sin dejar supervivientes. Y entregó al anatema a todos los seres vivientes, según hab a dispuesto Yahveh, Dios de Israel.
Yahveh los entregó en manos de Israel. Los derrotaron y persiguieron hasta Sidón la Grande, hasta Misrefot Máin y, por el oriente, hasta el valle de Mispá. Los batieron sin dejar supervivientes.
Ahora, pues, vete a derrotar a Amalec y condénalo al anatema con cuanto le pertenezca, sin sentir compasión de él. Darás muerte a todos, hombres y mujeres, adolescentes y ni os de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos'.
Apresó vivo a Agag, rey de Amalec, y pasó a filo de espada a todo el pueblo, en cumplimiento del anatema.