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Jonás 3:6 - Biblia Castilian 2003

La noticia llegó al rey de N nive, quien se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó en la ceniza.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el rey de Nínive oyó lo que Jonás decía, bajó de su trono y se quitó sus vestiduras reales. Se vistió de tela áspera y se sentó sobre un montón de cenizas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La noticia llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó sobre cenizas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando la noticia llegó hasta el rey de Nínive, éste se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

La noticia llegó al rey de Nínive, quien se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó en la ceniza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, y echó de sí su vestidura, y se cubrió de cilicio, y se sentó sobre ceniza.

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Lòt tradiksyon



Jonás 3:6
20 Referans Kwoze  

Al o r Ajab todas estas palabras, rasgó sus vestiduras, se puso un saco sobre la carne y ayunó. Se acostaba con el saco puesto y andaba abatido.


Tomó Job un trozo de teja para rascarse y se recostó entre la basura.


Por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza'.


En sus calles se ci en de saco, en sus terrazas se lamentan, en sus plazas todos gimen, se deshacen en llanto.


Di al rey y a la reina madre: Sentaos más abajo, porque cayó de vuestra cabeza vuestra gloriosa corona.


Miqueas les refirió todas las palabras que hab a o do cuando Baruc leyó en el libro a o dos del pueblo.


El rey y todos sus servidores, que hab an o do todas aquellas palabras, no se asustaron ni rasgaron sus vestiduras.


Hija de mi pueblo, c ete de saco, revuélcate en el polvo; haz duelo como por hijo único, una lamentación amargu sima, pues de improviso vendrá el devastador contra nosotros.


En tierra están, sentados y mudos, Yod los ancianos de la hija de Sión; echaron ceniza sobre sus cabezas, se ci eron de saco; bajaron la cabeza hasta el suelo las doncellas de Jerusalén.


Pondrá en el polvo su boca; ¡quizás aún haya esperanza!


Todos los pr ncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán sus mantos, se despojarán de sus vestiduras recamadas, se vestirán de espanto, se sentarán en tierra, se estremecerán sin descanso y estarán consternados por ti.


Volv mi rostro al Se or para dirigirle oraciones y súplicas, en ayuno, saco y ceniza.


En Gat no lo anunciéis, en Acó no lloréis, en Bet Leafrá revolcaos en el lodo.


'¡Ay de ti, Coraza n! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, cubiertas de cilicio y en ceniza, se habr an convertido.


¡Ay de ti, Coraza n! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, sentados, cubiertos de cilicio y ceniza, se habr an convertido.