Llamó Dios a lo seco 'tierra', y al conjunto de las aguas lo llamó 'mar'. Y vio Dios que estaba bien.
Jonás 1:9 - Biblia Castilian 2003 Él les respondió: 'Soy hebreo, y adoro a Yahveh, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él les respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente —Soy hebreo —contestó Jonás— y temo al Señor, Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces empezó a decirles: 'Soy hebreo y temo a Yavé, Dios del Cielo, que hizo el mar y los continentes.... La Biblia Textual 3a Edicion Y él respondió: Soy hebreo y temo a YHVH, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él les respondió: 'Soy hebreo, y adoro a Yahveh, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él les respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, el Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra seca. |
Llamó Dios a lo seco 'tierra', y al conjunto de las aguas lo llamó 'mar'. Y vio Dios que estaba bien.
Llegó un fugitivo y se lo comunicó a Abrán, el hebreo, que acampaba junto al encinar de Mamré, el amorreo, hermano de Escol y de Aner, aliados de Abrán.
Yahveh, Dios del cielo y de la tierra, que me tomó de la casa de mi padre y del pa s de mi parentela, me habló y me juró diciéndome: 'A tu posteridad daré yo esta tierra', enviará a su ángel delante de ti, para que tomes de all mujer para mi hijo.
llamó a los de la casa, y les dijo: 'Mirad, nos ha tra do a un hebreo para nuestro escarnio. Ha venido para acostarse conmigo, pero yo he gritado.
Al principio de su estancia all no tem an a Yahveh, por lo que Yahveh envió contra ellos leones que los devoraban.
Llegó, pues, uno de los sacerdotes que hab an sido deportados de Samar a y se estableció en Betel, para ense arles cómo deb an dar culto a Yahveh.
'As habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá.
Y ésta es la respuesta que nos han dado: 'Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo el templo que fue edificado hace muchos a os, el que un gran rey de Israel construyó y llevó a término'.
Al o r estas palabras, me senté y romp a llorar, hice duelo durante algunos d as, ayuné y oré ante el Dios del cielo.
D jome el rey: '¿Qué pretendes, pues?'. Encomendándome al Dios del cielo,
Y Esdras dijo: '¡Tú eres Yahveh! ¡Tú el único! Tú has hecho los cielos, los cielos de los cielos y todo su ejército, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y cuanto en ellos hay. Tú das vida a todo ello, y el ejército de los cielos se postra ante ti.
Además, el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá y la otra Púa,
Salió también al d a siguiente, y advirtió que dos hebreos se peleaban. Dijo al agresor: '¿Por qué pegas a tu compa ero?'.
Por el tiempo de esos reyes, suscitará el Dios del Cielo un reino que nunca será destruido ni será entregado a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos esos reinos, mientras que él permanecerá por siempre,
Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.
diciendo a gritos: '¿Qué hacéis, hombres? También nosotros somos hombres, sujetos a las mismas miserias que vosotros, y os traemos la buena noticia de que debéis convertiros de estas vanidades al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos.
Pues esta noche se me ha aparecido un ángel del Dios a quien pertenezco y doy culto,
Circuncidado al octavo d a, del linaje de Israel, de la tribu de Benjam n; hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
En aquel momento se produjo un gran terremoto; se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron por el terremoto siete mil personas. Los demás quedaron quedaron sobrecogidos de espanto y dieron gloria al Dios del cielo.
¿Quién no temerá, Se or, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.
Blasfemaron entonces del Dios del cielo a causa de sus dolores y de sus úlceras, pero no corrigieron su conducta.