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Jonás 1:5 - Biblia Castilian 2003

Los marineros se asustaron y cada uno invocaba a su dios, mientras arrojaban al mar el cargamento de la embarcación, a fin de aligerarla. Jonás, entre tanto, hab a bajado a la bodega de la nave y dorm a profundamente.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Temieron los marineros, y cada cual clamaba a su dios, y echaron la carga al mar para aligerar la nave. Entre tanto, Jonás había bajado al fondo de la nave, y habiéndose acostado, dormía profundamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los marineros se asustaron y cada uno invocaba a su dios, mientras arrojaban al mar el cargamento de la embarcación, a fin de aligerarla. Jonás, entre tanto, había bajado a la bodega de la nave y dormía profundamente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás se había bajado a los lados del buque, y se había echado a dormir.

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Lòt tradiksyon



Jonás 1:5
22 Referans Kwoze  

Tomaron ellos el novillo que se les hab a tra do y, después de prepararlo, estuvieron invocando el nombre de Baal desde la ma ana hasta el mediod a, diciendo: '¡Baal, respóndenos!'. Pero no hubo ni voz ni respuesta. Entre tanto, ellos danzaban cojeando junto al altar que hab an hecho.


Satán respondió a Yahveh: '¡Piel por piel! El hombre es capaz de darlo todo con tal de salvar su vida.


A su voz se levantan tempestades y las olas se encrespan:


el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento huracanado que cumple su palabra;


Hay tiempo de buscar y tiempo de perder. Hay tiempo de guardar y tiempo de desechar.


¡Reun os y venid! ¡Acercaos todos juntos salvados de las naciones! No entienden los que llevan su dolo de madera y suplican a un dios que no salva.


¿Dónde están tus dioses, los que te fabricaste? ¡Que se levanten, a ver si te salvan en el tiempo de tu desgracia! Pues cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá.


No me invocan con su corazón, cuando gimen en sus lechos; por el trigo y el mosto se hacen incisiones, se rebelan contra m.


Entonces clamaron a Yahveh, diciendo: '¡Oh Yahveh! ¡Que no perezcamos nosotros por causa de este hombre, ni nos hagas responsables de sangre inocente, ya que tú, Yahveh, has hecho lo que has querido!'.


Aquellos hombres sintieron gran temor de Yahveh, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.


El patrón de la nave se le acercó y le dijo: '¿Cómo es que estás ah durmiendo? ¡Levántate e invoca a tu Dios! A lo mejor ese Dios se compadece de nosotros y no perecemos'.


Como el novio tardaba, les entró sue o a todas y se durmieron.


Cuando volvió, otra vez los encontró durmiendo, pues sus ojos estaban cargados de sue o.


Entonces vuelve a los disc pulos y les dice: '¡Ya podéis dormir y descansar! Está cerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.


Una vez saciados, comenzaron a aligerar el barco, arrojando el trigo al mar.


Ella, por su parte, logró que él se durmiera sobre sus rodillas y, llamando a un hombre, hizo que le cortara las siete trenzas de su cabellera. Comenzó él a debilitarse, pues su fuerza se retiró de él.


Saúl tomó entonces tres mil hombres escogidos de todo Israel y se fue en busca de David y de sus hombres hasta las Pe as de los Rebecos.