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Jeremías 7:26 - Biblia Castilian 2003

pero no me han escuchado ni aplicado su o do, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero mi pueblo no me ha escuchado, ni siquiera ha tratado de oírme. Han sido tercos y pecadores, aún peores que sus antepasados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero tampoco ustedes me oyeron ni me hicieron caso, y, endureciendo su cabeza, se portaron peor que ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz y fueron peores que sus padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

pero no me han escuchado ni aplicado su oído, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 7:26
44 Referans Kwoze  

Judá hizo el mal ante los ojos de Yahveh. Provocaron su enojo más aún que lo hicieran sus padres con los pecados que cometieron,


sino que has obrado peor que todos los que te han precedido: te has fabricado dioses ajenos e imágenes fundidas, y as has provocado mi ira y me has vuelto las espaldas.


Pero ellos no les prestaron atención, sino que endurecieron su cerviz como hab an hecho sus antepasados, que no quisieron creer en Yahveh, su Dios.


Rechazaron sus preceptos, la alianza que hab a él pactado con sus antepasados y las amonestaciones que les hab a hecho. Se fueron tras las vanidades, haciéndose vanos ellos mismos, y tras los pueblos de alrededor, a pesar de que Yahveh les hab a mandado que no los imitaran.


Ahora, pues, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Tended la mano a Yahveh y venid a su santuario, que él ha santificado para siempre. Servid a Yahveh, vuestro Dios, para que él aparte de vosotros el ardor de su cólera.


Habló Yahveh a Manasés y a su pueblo, pero no le prestaron atención.


Pero no se humilló ante Yahveh, como se hab a humillado su padre Manasés, sino que Amón cometió pecados aún mayores.


Tú los exhortabas a volverse a tu ley; pero ellos se mostraron insolentes, no obedecieron tus mandatos, pecaron contra tus leyes, en cuya observancia se encuentra la vida. Se alzaron de hombros en plan de rebeld a, endurecieron su cerviz, no quisieron o r.


Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.


Porque sab a que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,


¿qué más puedo hacer a mi vi a que no haya hecho? ¿Por qué cuando esperaba que diera uvas, ha dado agraces?


Pero ellos no escucharon ni aplicaron su o do, sino que cada uno siguió la obstinación de su corazón malvado, y por eso hice recaer sobre ellos todas las palabras de esta alianza que les hab a mandado cumplir y que no cumplieron'.


Pero vosotros habéis obrado peor que vuestros padres; pues he aqu que cada uno de vosotros sigue la obstinación de su corazón malvado, sin escucharme.


aunque ellos no escucharon ni aplicaron su o do, sino que endurecieron su cerviz, de modo que no escucharon ni aceptaron la lección.


'As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus vidas toda la desgracia que he anunciado contra ella, porque han endurecido su cerviz y no han escuchado mis palabras'.


Te hablé cuando viv as tranquila. Dijiste: 'No quiero o r'. Éste es tu proceder desde tu juventud: nunca has escuchado mi voz.


Desde el a o trece de Jos as, hijo de Amón, rey de Judá, hasta hoy, son veintitrés a os que se me viene dirigiendo la palabra de Yahveh, y yo os he hablado a su tiempo y sin cesar, pero no habéis escuchado.


Pero no me habéis escuchado - oráculo de Yahveh -, de modo que me habéis ofendido con las obras de vuestras manos para desgracia vuestra.


y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os he enviado a su tiempo y sin cesar, pero que vosotros no escuchasteis,


porque no escucharon mis palabras - oráculo de Yahveh; porque, a pesar de que les envié a su tiempo y sin cesar a mis siervos, los profetas, no habéis escuchado - oráculo de Yahveh -.


Pero reconoce tu culpa, pues contra Yahveh, tu Dios, te has rebelado, has prodigado tus andanzas con los extranjeros bajo todo árbol frondoso y no habéis escuchado mi voz - oráculo de Yahveh -.


Ellos vinieron y lo ocuparon, pero no escucharon tu voz, no caminaron según tu ley ni hicieron nada de cuanto les hab as mandado hacer, y as convocaste contra ellos toda esta desgracia.


'Al cabo de siete a os, todos vosotros dejaréis libre a vuestro hermano hebreo que se os haya vendido. Te servirá seis a os, y luego lo dejarás marchar libre de tu lado'. Pero vuestros padres no me escucharon ni me hicieron caso.


pues os he enviado a su tiempo y sin cesar a todos mis siervos, los profetas, diciendo: 'Convert os cada uno de vuestra mala conducta y enmendad vuestras obras, no vayáis tras otros dioses para servirlos, y as permaneceréis en el pa s que os di a vosotros y a vuestros padres', pero no habéis prestado o do ni me habéis escuchado.


Por eso, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: voy a traer sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal que les he predicho, puesto que les he hablado y no me han escuchado, los he llamado y no me han respondido'.


'En lo que respecta a la palabra que nos has dicho en nombre de Yahveh, no queremos escucharte,


Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.


¿A quiénes hablaré y exhortaré para que me escuchen? Su o do está cerrado, no pueden atender. La palabra de Yahveh es para ellos oprobio, no la quieren.


Puse sobre vosotros centinelas: Estad atentos al sonido de la trompeta. Pero ellos dijeron: 'No queremos atender'.


Pero no me escucharon ni aplicaron su o do, sino que caminaron según sus planes, según la obstinación de su corazón malvado, y en vez de avanzar retrocedieron.


sino que siguieron la obstinación de su corazón y a los baales que sus padres les hab an ense ado.


'Hijo de hombre, estás viviendo entre gente rebelde, que tienen ojos para ver y no ven, o dos para o r y no oyen, pues son gente rebelde.


En cuanto a ti, hijo de hombre, prepara tu equipaje de destierro de d a, ante sus ojos, y marcha, ante sus ojos, como un desterrado del lugar donde estás a otro lugar; quizá reconozcan que son gente rebelde.


'Por tanto, di a la casa de Israel: 'As dice el Se or Yahveh: ¡qué! Os contamináis según el proceder de vuestros padres, os prostitu s yendo en pos de sus monstruos abominables y,


no hemos escuchado a tus siervos los profetas, que hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros pr ncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del pa s.


Mi pueblo sigue apostatando de m; aunque invocan a lo alto, nadie los levanta.


Pero ellos no quisieron atender, volvieron la espalda, se rebelaron, se taparon los o dos para no o r.


Desde los d as de vuestros padres os apartáis de mis preceptos y no los observáis. Volved a m, y yo volveré a vosotros - dice Yahveh Sebaot -. Vosotros preguntáis: '¿Cómo volveremos?'.


Pero los vi adores, cuando vieron al hijo, se dijeron entre s: 'Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su heredad'.


¡Colmad ahora la medida de vuestros padres!


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de o dos! Siempre estáis resistiendo al Esp ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


Pero, por tu dureza y tu impenitente corazón, estás acumulando ira para el d a de la ira, cuando se revele el justo juicio de Dios,


Como las naciones que Yahveh ha ido aniquilando a tu paso, as pereceréis vosotros, por no haber escuchado la voz de Yahveh, vuestro Dios.