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Jeremías 6:24 - Biblia Castilian 2003

Cuando o mos la noticia desfallecieron nuestras manos; la angustia se apoderó de nosotros, dolor como de parturienta.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Hemos oído informes acerca del enemigo y las manos nos tiemblan de miedo. Punzadas de angustia se han apoderado de nosotros, como las de la mujer que está en trabajo de parto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hemos oído la noticia y se nos caen los brazos; la angustia y un dolor como de mujer que da a luz, nos asalta:'

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Oímos su fama y se debilitan nuestras manos! ¡La angustia se apodera de nosotros, Y dolores, como de la que da a luz!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando oímos la noticia desfallecieron nuestras manos; la angustia se apoderó de nosotros, dolor como de parturienta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Su fama hemos oído, y nuestras manos se descoyuntan; angustia se apodera de nosotros, dolor como de mujer que está de parto.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 6:24
19 Referans Kwoze  

Mas, apenas la vieron, se admiraron, se turbaron, se alarmaron.


Por eso se han llenado de convulsión mis entra as; me han acometido dolores, como dolores de parturienta. Estoy tan agobiado que no oigo, estoy tan aterrado que no veo.


Cada vez que pase os arrastrará, pues ma ana tras ma ana pasará, de d a y de noche. Entonces resultará espantoso tan sólo o r el mensaje.


¿Qué dirás cuando ponga como jefes sobre ti a quienes tú misma ense aste a ser tus amigos? ¿No te vendrán dolores como de mujer en parto?


Tú, que moras en el L bano y anidas en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te lleguen los dolores, los retorcimientos como de parturienta!


Preguntad, pues, y ved si dan a luz los varones. Entonces, ¿por qué veo a todo hombre con las manos en las caderas, como parturienta, y todos los rostros se alteran


Oigo un grito como de parturienta, angustia como de primeriza: es la voz de la hija de Sión que se ahoga, que extiende sus manos: '¡Ay de m, pues desfallece mi vida ante los asesinos!'.


Serán conquistadas sus ciudades, sus fortalezas ocupadas; el corazón de los guerreros de Moab será en aquel d a como el corazón de una mujer en trance de parto.


Acobardada se halla Damasco, emprende la huida. El pánico se apodera de ella, angustia y dolores la toman como a la parturienta.


Cuando el rey de Babel oyó la noticia desfallecieron sus manos; la angustia se apoderó de él, dolor como de parturienta.


Todas las manos se enervarán, y todas las rodillas se deshacen en agua.


Entonces el rey Baltasar se horrorizó, se le mudó el color del rostro y sus magnates quedaron consternados.


Lo he o do y se estremecen mis entra as, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el d a de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.


Cuando estén diciendo: 'Paz y seguridad', entonces, de repente, se abatirá sobre ellos la calamidad, como los dolores de parto sobre una mujer encinta; y no habrá manera de escapar.