Aún hoy hace alto en Nob, agita su mano contra el monte de la hija de Sión, contra la colina de Jerusalén.
Jeremías 6:23 - Biblia Castilian 2003 Manejan arco y venablo, son crueles e implacables. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos, alineados como un solo hombre en la batalla, contra ti, hija de Sión. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Arco y jabalina empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; su estruendo brama como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion. Biblia Nueva Traducción Viviente Están armados con arcos y lanzas; son crueles y no perdonan a nadie. Cuando avanzan montados a caballo se oyen como el rugido del mar. Vienen en formación de batalla, con planes de destruirte, hermosa Jerusalén». Biblia Católica (Latinoamericana) Llevan arcos y espadas, son crueles e inhumanos; avanzan como las olas del mar rugiente, montados a caballo, ordenados como un solo hombre para atacarte, hija de Sión. La Biblia Textual 3a Edicion Empuñan el arco y la jabalina; Son crueles; no tienen misericordia. Su voz brama como el mar, Vienen montados sobre caballos, Como un solo hombre de guerra, Dispuestos contra ti, ¡oh hija de Sión! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Manejan arco y venablo, son crueles e implacables. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos, alineados como un solo hombre en la batalla, contra ti, hija de Sión. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Arco y lanza empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; bramará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sión. |
Aún hoy hace alto en Nob, agita su mano contra el monte de la hija de Sión, contra la colina de Jerusalén.
Sus arcos acribillan a los jóvenes. No se compadecen del fruto del vientre, sus ojos no se apiadan de los ni os.
¡Ay! Bramido de pueblos numerosos como el bramar de los mares rebramantes; rugido de naciones como el rugido de aguas caudalosas rugientes.
Entregaré a Egipto en manos de un duro patrón, y un rey fuerte los dominará - oráculo del Se or, Yahveh Sebaot -.
As dice Yahveh Sebaot: 'Mirad que una catástrofe se propaga de nación en nación, y un gran huracán se levanta desde los confines de la tierra'.
mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte - oráculo de Yahveh - y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este pa s y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.
Todos tus amantes te olvidaron, no se preocuparon de ti. Como hiere un enemigo te her, con castigo riguroso, por tu gran iniquidad, porque fueron muchos tus pecados.
Mirad: sube como las nubes, y sus carros como el huracán; sus caballos más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, pues estamos perdidos!
Avisad a las naciones: '¡Aqu está!'. Proclamad en Jerusalén: 'Centinelas llegan de un pa s lejano y dan voces contra las ciudades de Judá'.
Al grito de ¡jinetes y arqueros!, huye toda ciudad; se van a las selvas, escalan las rocas; todas las ciudades son evacuadas, y no queda en ellas ni un solo habitante.
Mirad: un pueblo viene del norte, una gran nación y reyes numerosos avanzan desde los confines de la tierra.
Manejan arco y venablo, son crueles e implacables. Como el bramido del mar es su estruendo. Montan caballos, alineados como un solo hombre para la batalla contra ti, hija de Babel.
Proclamad guerra santa contra ella. Levantaos, ataquemos al mediod a. ¡Ay de nosotros, que declina el d a, que se extienden las sombras del ocaso!
Desde Dan se oye el resoplar de sus caballos; al estridor de los relinchos de sus corceles retiembla toda la tierra; vienen a devorar el pa s y cuanto contiene, la ciudad y los que la habitan.
as dice el Se or Yahveh: 'Qu tate el turbante, despójate de la corona'. Se va a producir un cambio: lo humilde será ensalzado, y lo ensalzado será humillado.
Yahveh traerá contra ti, desde lejos, desde los confines de la tierra, como águila que se cierne, a un pueblo, a un pueblo cuya lengua no entenderás,