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Jeremías 6:12 - Biblia Castilian 2003

Pasarán sus casas a otros, campos y mujeres a la vez; porque voy a extender mi mano contra los habitantes del pa s - oráculo de Yahveh -.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sus casas serán dadas a los enemigos, al igual que sus campos y sus esposas porque levantaré mi puño poderoso contra la gente de esta tierra —dice el Señor—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sus casas pasarán a otros, junto con sus campos y sus mujeres, cuando yo extienda mi mano sobre los habitantes de esta tierra, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y sus casas serán entregadas a otros, Juntamente con sus campos y sus mujeres, Porque extenderé mi mano contra los habitantes de esta tierra, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pasarán sus casas a otros, campos y mujeres a la vez; porque voy a extender mi mano contra los habitantes del país -oráculo de Yahveh-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sus casas serán entregadas a otros, sus heredades y también sus esposas; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 6:12
26 Referans Kwoze  

David alzó los ojos y vio al ángel de Yahveh que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano, extendida sobre Jerusalén. David y los ancianos, cubiertos de saco, cayeron rostro en tierra.


¡Sólo queda doblarse entre los prisioneros y caer entre los degollados! Y ni aun as se calmó su ira, su mano está todav a extendida.


Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las monta as. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun as se calmó su ira, y su mano está todav a extendida.


Pero el pueblo no se volvió a quien lo her a, no buscaron a Yahveh Sebaot.


Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.


Tú me rechazaste - oráculo de Yahveh -, volviste atrás, y yo alargué mi mano contra ti y te destru; estoy cansado de compadecerme.


Yo mismo pelearé contra vosotros con mano extendida y brazo fuerte, con ira, furor y sa a,


mira: todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá serán llevadas a los jefes del rey de Babilonia e irán cantando: 'Te enga aron y pudieron contra ti tus buenos amigos; se hundieron tus pies en el fango, pero ellos te han dado la espalda'.


Todas tus mujeres y tus hijos serán llevados a los caldeos. Tú no escaparás de su mano, sino que serás apresado por la mano del rey de Babilonia; y a esta ciudad se le prenderá fuego'.


Por eso, as dice el Se or Yahveh: mirad que mi ira y mi furor se va a volcar en este lugar sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; y arderá sin apagarse'.


Por eso daré sus mujeres a otros, sus campos a conquistadores, porque desde el menor al mayor, todos ellos andan buscando su provecho; y desde el profeta al sacerdote, todos ellos obran con enga o.


Yahveh decidió derribar Jet la muralla de la hija de Sión; tendió la cuerda y no retiró su mano hasta destruirlo todo; antemuro y muralla hizo gemir, y a una se derrumbaron.


Sólo contra m vuelve y revuelve su mano todo el d a.


Violaron a las mujeres en Sión, a las v rgenes en las ciudades de Judá.


Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extra os.


Huérfanos estamos, sin padre; como viudas son nuestras madres.


Le dirás: as dice el Se or Yahveh: 'Aqu estoy contra ti, Se r, extenderé mi mano contra ti, te haré desierto desolado.


Por eso traeré a las naciones más crueles para que ocupen sus casas; pondré fin al orgullo de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.


En aquel d a se hará a costa vuestra un proverbio y se entonará un lamento, un lamento que dice: '¡Estamos totalmente arruinados! ¡La porción de mi pueblo ha sido entregada! ¡Cómo arrebatan lo que es m o! ¡Entre los enemigos distribuyen nuestros campos!''.


Su riqueza será entregada al pillaje, sus casas a la devastación. Si construyen casas, no las habitarán; si plantan vi as, no beberán su vino.


Extenderé mi mano contra Judá y contra todos los habitantes de Jerusalén; exterminaré de este lugar lo que queda de Baal y el nombre de los sacerdotes idólatras: