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Jeremías 52:8 - Biblia Castilian 2003

Pero las tropas caldeas salieron en persecución del rey, dieron alcance a Sedec as en las llanuras de Jericó y todo su ejército se dispersó, dejándole abandonado.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abandonó todo su ejército.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, las tropas babilónicas persiguieron al rey Sedequías y lo alcanzaron en las llanuras de Jericó, porque todos sus hombres lo habían abandonado y se habían dispersado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero las tropas caldeas persiguieron al rey y alcanzaron a Sedecías en los llanos de Jericó, donde todos sus soldados, dejándolo solo, huyeron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero el ejército caldeo persiguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó, mientras todo su ejército, disperso ya, lo abandonaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero las tropas caldeas salieron en persecución del rey, dieron alcance a Sedecías en las llanuras de Jericó y todo su ejército se dispersó, dejándole abandonado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en las llanuras de Jericó; y se dispersó de él todo su ejército.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 52:8
13 Referans Kwoze  

Después de esto - oráculo de Yahveh -, entregaré a Sedec as, rey de Judá, a sus servidores y a la gente que en esta ciudad haya sobrevivido a la peste, a la espada y al hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida. Él los pasará a filo de espada, sin compadecerse de ellos, sin apiadarse, sin tener misericordia'.


y Sedec as, rey de Judá, no escapará de la mano de los caldeos, sino que será entregado sin duda alguna en mano del rey de Babilonia, que le hablará boca a boca y sus ojos verán sus ojos,


También entregaré a Sedec as, rey de Judá, y a sus pr ncipes en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida y en mano del ejército del rey de Babilonia, que ha levantado el asedio.


El rey Sedec as envió a buscarlo. Luego lo interrogó en privado en su palacio y le dijo: '¿Hay alguna palabra de parte de Yahveh?'. 'La hay', dijo Jerem as. Y a adió: 'Serás entregado en mano del rey de Babilonia'.


Jerem as dijo después al rey Sedec as: '¿Cuál es mi pecado contra ti, contra tus servidores o contra este pueblo, para que me hayáis metido en la cárcel?


Todas tus mujeres y tus hijos serán llevados a los caldeos. Tú no escaparás de su mano, sino que serás apresado por la mano del rey de Babilonia; y a esta ciudad se le prenderá fuego'.


Pero las tropas de los caldeos los persiguieron y dieron alcance a Sedec as en las estepas de Jericó. Lo prendieron y lo llevaron a Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Riblá, en el pa s de Jamat, el cual dictó sentencia contra él.