y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque dec a: 'No quiero ver morir al ni o'. Se sentó enfrente y lloró, a gritos.
Jeremías 52:10 - Biblia Castilian 2003 El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedec as ante sus propios ojos y degolló también en Riblá a todos los nobles de Judá. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey de Babilonia hizo que Sedequías observara mientras masacraba a sus hijos. También masacró a todos los funcionarios de Judá en Ribla. Biblia Católica (Latinoamericana) En Ribla mandó degollar a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos, y lo mismo hizo con todos los jefes de Judá. La Biblia Textual 3a Edicion El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos, y también en Ribla degolló a todos los príncipes de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos y degolló también en Riblá a todos los nobles de Judá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla. |
y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque dec a: 'No quiero ver morir al ni o'. Se sentó enfrente y lloró, a gritos.
Pues, ¿cómo voy a subir yo a mi padre si el chico no va conmigo? No, no quiero ver la aflicción que caerá sobre mi padre'.
Degollaron a los hijos de Sedec as en su presencia. Luego mandó sacar los ojos a Sedec as, lo ató con cadenas, y lo trasportó a Babilonia.
También entregaré a Sedec as, rey de Judá, y a sus pr ncipes en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida y en mano del ejército del rey de Babilonia, que ha levantado el asedio.
Toma lo mejor del reba o. Apila luego la le a debajo. Hazla hervir a borbotones hasta que los huesos se cuezan en ella'.
a los viejos, a los chicos y chicas, a los ni os y mujeres, matadlos, acabad con ellos, pero no toquéis a ninguno de los marcados con la cruz. Comenzad por mi santuario'. Comenzaron, pues, por los ancianos que estaban delante del templo.