Yo me levantaré contra ellos - oráculo de Yahveh Sebaot - y exterminaré de Babel nombre y resto, progenie y prosapia - oráculo de Yahveh -.
Jeremías 50:12 - Biblia Castilian 2003 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero su tierra natal será llena de vergüenza y deshonra. Ustedes serán la última de las naciones, un desierto, tierra seca y desolada. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ahora ven a su madre humillada,
la que los dio a luz ha sido humillada;
ha pasado a ser la última de las naciones,
un desierto seco y triste. La Biblia Textual 3a Edicion Pero vuestra madre° quedará avergonzada, Será abochornada la que os dio a luz. ¡Hela ahí, convertida en última de las naciones, En un desierto, en una estepa solitaria! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vuestra madre será en gran manera avergonzada, se avergonzará la que os engendró; he aquí la última de las naciones será un desierto, tierra seca, y páramo. |
Yo me levantaré contra ellos - oráculo de Yahveh Sebaot - y exterminaré de Babel nombre y resto, progenie y prosapia - oráculo de Yahveh -.
Mira el pa s de los caldeos: no exist a como pueblo; Asiria lo fundó para las fieras. Alzaron torres de asalto, desmantelaron sus palacios, lo hicieron escombrera.
As dice Yahveh: con respecto a todos mis perversos vecinos, que han tocado la heredad que di en posesión a mi pueblo Israel, mirad: los arrancaré de su pa s. Pero también arrancaré de en medio de ellos a la casa de Judá.
La madre de siete hijos desfalleció, exhaló su alma; su sol se puso siendo aún de d a; quedó avergonzada y consternada. Lo que de ellos queda, lo entregaré a la espada ante sus enemigos' - oráculo de Yahveh -.
Pues as dice Yahveh acerca de la casa del rey de Judá: Un Galaad eres para m, una cumbre del L bano; pero haré de ti un desierto, como las ciudades no habitadas.
Pero, cuando se hayan cumplido los setenta a os, castigaré al rey de Babilonia y a esta nación - oráculo de Yahveh - por su iniquidad, lo mismo que al pa s de los caldeos, y lo convertiré en desolación perpetua.
a todos los reinos del norte, cercanos y lejanos, uno tras otro, y a todos los reyes del mundo que están sobre la superficie de la tierra. Pero el rey de Sesac beberá después de ellos.
Por eso, mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que lanzaré contra Rabá de los amonitas el grito de guerra: será una escombrera desolada, y sus hijas consumidas por el fuego. As heredará Israel a sus herederos, dice Yahveh.
Sus ciudades se han trocado en desierto, en tierra seca, y en estepa; no habita en ellas hombre alguno ni las atraviesa ningún ser humano.
Por eso, mirad que vienen d as en que castigaré a los dolos de Babel. Todo su pa s estará abochornado, y en medio de él yacerán todos sus muertos.
Sobre su frente hab a un nombre escrito - un misterio -: Babilonia la grande, la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra.