Vio la mujer que el árbol ten a frutos sabrosos y que era seductor a la vista y codiciable para conseguir sabidur a; tomó de sus frutos y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella. Y también él comió.
Jeremías 44:19 - Biblia Castilian 2003 Cuando nosotras incensamos a la Reina de los Cielos y le ofrecemos libaciones, ¿acaso le hacemos tortas ante su imagen y le ofrecemos libaciones sin saberlo nuestros maridos?'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos? Biblia Nueva Traducción Viviente »Además —agregaron las mujeres—, ¿acaso crees que quemábamos incienso y derramábamos las ofrendas líquidas a la reina del cielo y hacíamos pasteles con su imagen sin el conocimiento y la ayuda de nuestros esposos? ¡Por supuesto que no! Biblia Católica (Latinoamericana) Y las mujeres añadieron: 'Cuando nosotras ofrecíamos incienso y derramábamos vino en honor de la reina del cielo, ¿acaso era sin permiso de nuestros maridos?' La Biblia Textual 3a Edicion Y añadieron las mujeres:° Cuando nosotras incensamos y derramamos libaciones a la reina del cielo, ¿acaso le tributamos culto con tortas y libaciones sin el consentimiento de nuestros maridos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando nosotras incensamos a la Reina de los Cielos y le ofrecemos libaciones, ¿acaso le hacemos tortas ante su imagen y le ofrecemos libaciones sin saberlo nuestros maridos?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso nosotras le hicimos tortas para adorarle, y le derramamos libaciones, sin saberlo nuestros maridos? |
Vio la mujer que el árbol ten a frutos sabrosos y que era seductor a la vista y codiciable para conseguir sabidur a; tomó de sus frutos y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella. Y también él comió.
Realmente no hubo nadie que se vendiera como Ajab para hacer el mal a los ojos de Yahveh. Fue su esposa Jezabel la que lo incitó.
Siguió los caminos de los reyes de Israel, como lo hab an hecho los de la casa de Ajab, pues tomó por esposa a una hija de Ajab y as hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh.
Entonces todos los hombres que sab an que sus mujeres incensaban a otros dioses, todas las mujeres que estaban presentes - una gran asamblea - y todo el pueblo que habitaba en el pa s de Egipto y en Patrós, respondieron a Jerem as en estos términos:
Jerem as respondió a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres y a toda la gente que le hab a respondido de esa manera, y les dijo:
Los hijos amontonan la le a, los padres encienden el fuego y las mujeres amasan la pasta para hacer pasteles en honor de la Reina del Cielo y ofrecen libaciones a otros dioses, para ofenderme.
y su marido, al saberlo, no objetó nada ni lo desaprobó, todos sus votos serán válidos, y es válida asimismo la obligación contra da.
y su marido, al enterarse, el d a mismo en que lo supo no objetó nada, sus votos serán válidos, y serán asimismo válidas las obligaciones que se impuso.