De vuelta de Padán Aram, llegó Jacob sin contratiempos a Siquén, en el territorio de Canaán, y acampó frente a la ciudad.
Jeremías 41:5 - Biblia Castilian 2003 llegaron ochenta hombres de Siquén, de Siló y de Samar a, con la barba rapada, los vestidos rasgados y cubiertos de incisiones, con oblaciones e incienso, para ofrecerlos en el templo de Yahveh. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba y rotas las ropas, y rasguñados, y traían en sus manos ofrenda e incienso para llevar a la casa de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente llegaron ochenta hombres de Siquem, de Silo y de Samaria para adorar en el templo del Señor. Venían con sus barbas afeitadas, con las ropas rasgadas y con cortaduras que se habían hecho en el cuerpo. También traían consigo incienso y ofrendas de grano. Biblia Católica (Latinoamericana) llegaron de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres con la barba cortada, la ropa hecha tiras y el cuerpo cubierto de cortaduras, que traían ofrendas e incienso que querían presentar en el Templo de Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion sucedió que vinieron ciertos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, unos ochenta hombres, con sus barbas raídas, sus vestidos rasgados y sus carnes sajadas, que traían consigo ofrendas e incienso para presentarlos a la Casa de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 llegaron ochenta hombres de Siquén, de Siló y de Samaría, con la barba rapada, los vestidos rasgados y cubiertos de incisiones, con oblaciones e incienso, para ofrecerlos en el templo de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) que vinieron unos hombres de Siquem y de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba, y rotas las ropas y arañados, y traían en sus manos ofrenda e incienso para llevar a la casa de Jehová. |
De vuelta de Padán Aram, llegó Jacob sin contratiempos a Siquén, en el territorio de Canaán, y acampó frente a la ciudad.
La vio Siquén, hijo de Jamor, el jiveo, pr ncipe de aquel pa s, se la llevó, se acostó con ella y la violó.
Sus hermanos se hab an marchado a Siquén, a pastorear los reba os de su padre.
Entonces Janún se apoderó de los servidores de David, les rasuró la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta la altura de las nalgas y luego los despachó.
Roboán se trasladó a Siquén, adonde hab a acudido todo Israel para proclamarlo rey.
Jeroboán fortificó Siquén, en la monta a de Efra n, y estableció en ella su residencia. Luego, salió de all y fortificó Penuel.
Compró el monte de Samar a a Sémer por dos talentos de plata y lo fortificó; y a la ciudad que hab a construido la llamó Samar a, del nombre de Sémer, propietario del monte.
En el a o treinta y ocho de Asá, rey de Judá, subió al trono de Israel Ajab, hijo de Omr, y reinó sobre todo Israel, en Samar a, veintidós a os.
Incendió el templo de Yahveh, el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió también fuego a todas las casas importantes.
Entonces Janún se apoderó de los servidores de David, les rasuró la barba, les cortó las vestiduras por la mitad hasta la altura de las nalgas y los despachó.
Tú te levantarás, te apiadarás de Sión, pues es tiempo de tener piedad de ella, ha llegado ya la hora.
Sube la hija de Dibón a las alturas a llorar. Por Nebó y Mádaba está gimiendo Moab. Todas sus cabezas calvas; todas sus barbas afeitadas.
de modo que morirán grandes y peque os en este pa s. No serán enterrados ni llorados, nadie se hará incisiones ni se rapará por ellos.
Llega a Gaza la calvicie, enmudece Ascalón; Asdod, resto de los anaquitas, ¿hasta cuándo te harás incisiones?
S; todas las cabezas están decalvadas y todas las barbas rapadas; hay incisiones en todas las manos, y sacos en todas las cinturas.
Id, pues, si queréis, a mi morada de Siló, donde yo hice residir mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.
por eso haré con el templo sobre el cual se invoca mi nombre, en el que confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Siló:
rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos, y convert os a Yahveh, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, tardo a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente del da o que causa.
Hijos sois para Yahveh, vuestro Dios. No os hagáis incisiones ni os tonsuréis entre los ojos por un muerto;
La comunidad entera de los israelitas se congregó en Siló, y all asentaron la tienda del encuentro. El pa s se les hab a sometido.
Los huesos de José, que los israelitas hab an subido de Egipto, fueron enterrados en Siquén, en la parte del campo que Jacob hab a comprado a los hijos de Jamor, padre de Siquén, y que, por cien monedas, hab a pasado a ser propiedad de los hijos de José.
Instalaron en beneficio propio la estatua que Micá hab a fabricado y all estuvo todo el tiempo que la casa de Dios permaneció en Siló.
Abimélec, hijo de Yerubaal, se fue a Siquén para estar con los hermanos de su madre. Y les habló, a ellos y a toda la familia de la casa paterna de su madre, en estos términos:
As suced a a o tras a o: cuando sub a a la casa de Yahveh, la otra la irritaba; y ella se echaba a llorar y no quer a comer.